En sus proximidades se extraía carbón y se explotaban minas de plata, zinc y plomo. Sus habitantes cultivan trigo y nuez, y crían ganado vacuno y caprino. Cuenta también con talleres para la confección de ropa y artículos bordados, establecimientos industriales como maquiladoras e industrias lácteas.
Desde un punto de vista turístico, destaca el balneario Ojo de Agua, La Turbina y El Charco del Lobo, así como la arquitectura colonial del templo de San José, la presa Mariano Escobedo de Sombreretillo para los amantes de los deportes acuáticos; y para los excursionistas, escaladores y naturalistas el municipio cuenta con la Sierra de Picachos.
Fue fundada por Ignacio de la Maya en 1693; en aquel momento se la denominó Real de Santiago de las Sabinas, aunque posteriormente pasó a llamarse Villa de Sabinas. Se constituyó en ciudad en 1971 con el nombre actual.