Se le empezó a llamar Sonora… Barrio de Sonora… por estar al Occidente, al Occidente como Sonora, pero más bien por marcar un rumbo en la política local desde la década de los veinte, cuando unos jóvenes se incorporaron a la vida cívica revolucionaria siguiendo a los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, cabezas visibles del Grupo Sonora.
Era el partido de la franja, del huarache, le quitó el poder entonces a los ricos… ahí estaban Antonio Solís, Antonio G. Garza, Erasmo Salazar, Tomás Chapa, Gaspar Ibarra, Pedro González, Rubén Flores, Manuel Rodríguez y muchos más.
La acción política de aquellos jóvenes cimbró al pueblo, sobre todo después de la tragedia política de quien había sido alcalde y era diputado, Antonio Solís Guadiana (1892-1925), conformándose así el sello distintivo para esa generación y el barrio donde radicaba… Luego pasó el tiempo, Antonio Solís se convirtió en leyenda y en nombre de la primera escuela secundaria. Los jóvenes aquéllos dominaron, tenían en sus manos la designación de quienes eran alcaldes del pueblo… se sobrevinieron cambios, pasó el callismo y el cardenismo; el PNR se transformó en PRI, los políticos mudaron, se transformaron en patriarcas capaces de adaptarse a los cambios sexenales, adversos o favorables según el caso… la ironía popular los rebautizó al final con el mote de “Las Víboras”. Ya para entonces la generación estaba disuelta en la historia de Sabinas y el barrio era parte de una pasada geografía política del pueblo.
Se reunían de viejos en el jacal, en la frutería de Pascualito, por las noches, sacaban las sillas a la calle y las dejaban atrás de la barda de sillar..
Colindando con El Alto, el Barrio de los Colegios y el Barrio del Dólar, Sonora es lo que queda enmedio, viendo al Poniente, siguiendo en ese rumbo las largas calles de Juárez, Antonio Solís, Escobedo e Iturbide. Tenía como remate esquinado al “degüello”, corrales de piedra y de palos… las calles terminaban en las labores y montes, lejos todavía estaban los cerros y la loma de la ermita.
Por la orilla pasaba el camino a la Mina de la Soledad… largas filas de carretas cargadas de metal, en ese camino se contaban muchas leyendas de apariciones…
La gente del Barrio de Sonora se me figuraba también en la vida cotidiana, bajaban a la plaza en los días de fiesta y se peleaban siempre con los de la carretera, con los de la hacienda… en aquellos pleitos no había a quien irle, pues todos eran buenos mozos, dispuestos y valientes dibujada siempre, como acción y reto de gentes tan recias como tercas, de luchas tan valiosas como trágicas.
Hubo tiendas grandes y tendajones en el Barrio de Sonora, como las de Antonio Solís o Gaspar Ibarra… luego también la tienda de Doña Josefina Flores y Don Marcos Garza entre otros…
En el Barrio de Sonora, la Escuela Federal del maestro Margarito Martínez Leal, “la escuelita”, así le llamábamos era otra referencia para ubicar el lugar, pero sobre todo para hablar del viejo maestro aquél y de toda una generación de profesores empíricos de muy buena ley…
En esa parte del Barrio de Sonora las luchas campesinas agraristas tuvieron su centro de gravitación en la década de los treinta.
Ahí hubo un mitín de cuando vino a Sabinas, Hernán Laborde, allá por 1934…
Hoy el Barrio de Sonora está acorralado… acorralado por el tiempo y la expansión. En sus esquinas nadie plática, los viejos tendajones se cerraron para siempre, los caudillos políticos traspasaron esta vida y son tan sólo imágenes y ecos que nadie escucha… las largas calles que se topaban con los montes, se hicieron más largas. Han barrido los montes y labores y se están trepando a los cerros.
Las nuevas colonias urbanizadas le han puesto un cinturón a sus recuerdos… el Barrio de Sonora ya no suena a política ni se me dibuja a retos y tragedias, es sólo parte del viejo corazón del pueblo de donde se pueden extraer buenas lecciones de trabajo, de civismo y de educación para Sabinas Hidalgo.
Los viejos vecinos del Barrio de Sonora se han marchado para siempre… sólo quedan algunos enlaces entre el pasado y presente, como don José María Ibarra Valle, don enrique Garza Guajardo, don Irineo Guadiana Cruz…