En torno a una mesa de trabajo, debates y fiestas, saturada de alegría y buen humor, regocijadamente departieron una noche de invierno varios bohemios.
Como en aquel famoso brindis en todos los labios había risas, inspiración en todos sus cerebros y distribuidos en la superficie de aquel mueble de múltiples usos las copas y las viandas.
Brindo —expresó Leonel Garza— por la esperanza que la vida nos lanza de vencer los rigores del destino, por la esperanza valga la redundancia, de nuestra dulce amiga que las penas mitiga y convierte en vergel nuestro camino.
Profesores Santos Noé Rodríguez y Salvador Garza Inocencio.
De pronto, una voz varonil a todo lo que da ubicada en el extremo poniente de la mesa, en son de broma, declamó del anónimo autor: “La oración del licor”.
¡Bravo! dijeron todos, inspirado esta noche has estado y continuaron su amena charla, sin asomarse a ver el reloj, degustando ricas botanas de entrada y típicos y exóticos platillos fuertes, antes de dar por concluida la última sesión del año 2011.
Con anterioridad, el anfitrión permanente y presidente vitalicio de este grupo de amigos jóvenes de corazón, Profr. Salvador Garza Inocencio, agradeció la presencia de los socios e invitados especiales, entre ellos el Profr. Martín Guadalupe Elizondo.
Olvidaba decir que la noche del viernes 16 de diciembre pasaron lista de presentes en la Academia los bohemios: Higinio González Villarreal, Profr. Arturo Solís, Rosendo Gutiérrez, Profr. Santos Noé Rodríguez, Leobardo Espinoza, Dr. Salvador Treviño, Santiago Galván, Profr. Dante Perrone, Leonel Garza; obvio, el Profr. Garza Inocencio y el que esto escribe, lamentándose la ausencia de otras personalidades del mismo ambiente por compromisos familiares propios de estas fechas y del queridísimo amigo, infaltable en estas singulares reuniones: Julián Vázquez por motivos de salud.