Profr. Antonio Solís Guadiana

Antonio Solís Guadiana

Personajes ilustres

Asesinato del Diputado Profr. Antonio Solís

Profr. Héctor Jaime Treviño Villarreal Cronista de Sabinas Hidalgo, N.L.

Estábamos en la escuela primaria y al acercarse el 2 de marzo, se oía el comentario generalizado: ¡vamos ir al panteón!. A los alumnos de cuarto, quinto y sexto grado los maestros les explicaban el motivo: hacer guardia en la tumba de Antonio Solís.

Cada año se recordaba la brillante trayectoria política del profesor, comerciante, político y joven sabinense, quien puso a temblar al gobierno autoritario del Gral. Porfirio G. González, a quién se le achacó ser el responsable de su asesinato.

Hoy, parece ser que su figura pasa desapercibida, a pesar de existir un acuerdo de cabildo de honrarlo cada año, sin embargo, Antonio Solís forma parte de la historia de Sabinas y no debemos dejar que la memoria colectiva lo olvide.

Recordemos aquel aciago 2 de marzo de 1925, según la crónica del periódico El Porvenir:

MUERTE DE ANTONIO SOLÍS

2 de marzo de 1925.

De un certero balazo, cayó muerto en el embanquetado del Hotel Bridge.

Viejas rencillas y animosidades por las contiendas politicas pueblerinas habían enemistado al representante sabinense con JOSE MARÍA GALAN, exjefe de la policía de aquella villa y al encontrarse ayer uno frente al otro empujado por la fatalidad, hicieron erupción aquellos odios deshaciéndose en tragedia.

El cadáver del infortunado representante popular recibirá los honores correspondientes a su elevada investidura instalándose la capilla ardiente en el salón de sesiones del CONGRESO DEL ESTADO, donde permanecerá expuesto hasta las 19 horas de hoy en que será llevado el cadaver a la estación para conducirlo a Sabinas Hidalgo.

La noticia de la tragedia corrió como reguero de pólvora, ya que la personalidad del asesino y su investidura política le daban notoriedad excesiva en el estado, gobernado por el Gral. Porfirio G. Gonzalez. En medio de una gran inestabilidad y violencia ciudadana; los sucesos sangrientos se sucedían con mucha frecuencia.

El Profr. y diputado Solís ocupaba en el Hotel Brigdes el cuarto número 24 y el día 2 de marzo a las 14:50 del mediodía salió a la calle, para encaminarse al oriente por la avenida Colón cuando se encontró a unos cuantos metros de distancia de José María Galán, se cruzaron algunas palabras agresivas, se escuchó un disparo y Solís cayó atravesado por la bala fatal.

¡Me muero, me muero!, exclamaba el herido, mientras lo levantaban un peluquero vecino del hotel y el comandante de policía de Villa de García, que se encontraba de casualidad en el sitio; lo llevaron adentro y lo depositaron en una cama.

El comandante llamó a los doctores Barocio y Gónzalez Peña, quienes con el boticario practicaron algunas curaciones, que lograron conservarle la vida al herido por alguna media hora.

A los pocos momentos se presentaron varios diputados: el Doctor Nicandro L. Taméz y el inspector general de policía, el coronel Bonifacio Salinas Leal y otras personas.

El Lic. Policarpio Morales, juez segundo del Ramo Penal, acompañado del escribiente, procuró que el herido hiciera algunas declaraciones. La palidez que lo invadían era extrema y la voz se escuchaba con gran debilidad ; sin embargo, logró informarle al Juez que lo había herido José Ma. Galán.

… Al que había encontrado en la puerta del depósito La América, agregando que, aunque estaba armado, no pudo hacer uso de la pistola debido a lo repentino del ataque y que después de que lo hirieron, entre varias personas que conducían, se la quitaron, asegurando que ninguna dificultad había existido anteriormente entre él y Galán.

Después de lo anterior entró en estado agónico y falleció a las 15:20 minutos. El juez procedió a levantar el acta respectiva y recogió de manos del diputado Arreola, los documentos que portaba el éxtinto, el sombrero azul gris, el chaleco y saco manchado de sangre, la funda de la pistola en un cinturón sin cartuchera, cinco cartuchos que traía en el saco y otros objetos.

El juez también dió fe de un impacto de bala en la puerta del hotel a una altura de dos metros y luego tomó los nombres de los testigos: el pulquero, el cantinero, el capitán Sepúlveda, Baudelio Salazar y un carrero que descargaba materiales de construcción frente al lugar, por último clausuró el cuarto que ocupaba el victimado llevándose la llave y dispuso que el cadáver fuera enviado al Hospital González para que se le practicara la autopsia.

El diputado Arreola fue a una escuela cercana por un hermano del asesinado ..teniendo lugar las escenas conmovedoras que producen los casos de esta naturaleza.

Unas hermanas, estudiantes en la Normal, también fueron avisadas las últimas palabras del diputado Solís fueron para pedir al diputado Arreola protección para ellas, ya que, él era quien las sostenía desde que habían quedado huérfanos.

El cadáver fue trasladado a las 4 de la tarde a el Hospital González y luego al Palacio de Gobierno donde se instaló la capilla ardiente para que se le tributaran los honores correspondientes.

A las cinco de la tarde celebró sesión extraordinaria la Comisión Permanente del Congreso, bajo la Presidencia del diputado Hinojosa, el motivo fue dar a conocer la trágica muerte del diputado y profesor Antonio Solís, acaecida breves momentos antes, y tomar medidas para los honores que deberían rendírsele de acuerdo a su cargo; igualmente, decidir la ayuda que debería darse a los familiares, nombrara las comisiones respectivas, disponer la impresión de una esquela alusiva y ordenar las ofrendas florales del caso. Se aclaró que todos los gastos serían por parte del Gobierno del Estado.

El carácter del político sabinense, después de ser velado en la capilla ardiente del Palacio de Gobierno, fue trasladado a la estación del ferrocaril para ser conducido a Villaldama, recibiendo honores en este lugar y finalmente, llegó a su tierra natal, Sabinas Hidalgo que ya había organizado los homenajes correspondientes.

De Monterrey acudieron representantes del Congreso, del magisterio y de los estudiantes normalistas.

Las escuelas del pueblo suspendieron sus labores, el comercio cerró sus puertas y todos los sectores sociales manifestaron su duelo ante el ilustre cadáver. El Partido Constitucionalista hizo circular esquelas invitando a los funerales solemnes. El día 4, después de permanecer en la casa de la familia, se trasladó el cuerpo yacente a la Capilla Ardiente en el Palacio Municipal. La comitiva era numerosa; un grupo de señoritas encabezaba el cortejo fúnebre por las calles Juárez y Porfirio Díaz.

De los ranchos vecinos acudieron infinidad de personas y comisiones de Monterrey, Villaldama y otros lugares cercanos.

La Plaza Hidalgo se encontraba pletórica de sabinenses dolientes y pesarosos sin poder asimilar la magnitud de la tragedia que los envolvía. El ataúd fue cubierto por numerosas ofrendas florales que llevaron las incontables familias que acudieron a velar el cadáver del infortunado político. A las 9 horas fue llevado a la Parroquia, cuyos arreglos habían sido ejecutados por varias damas del pueblo y se celebró la misa de cuerpo presente.

Rumbo al panteón, acompañó el cadáver una numerosísima comitiva, encabezando los representantes del Congreso del Estado, los maestros de la capital, el ayuntamiento, los familiares y el pueblo.

Las campanas de la iglesia doblaron tristemente cuando el féretro fue depositado en la carroza. Listones tricolores y blancos prendían del carruaje mortorio sostenido por manos femeninas hasta su destino final.

La bandera del Partido Constitucionalista Sabinense iba atrás de la carroza, la comitiva fúnebre compuesta por hombres y mujeres comprendía mas de tres cuadras; los alumnos de la escuela acompañaban dolientes y lo mismo hicieron todos los carros y coches de sitio.

En el acto final, al ser bajado a la tumba, hicieron uso de la palabra la señora Julia M. Flores Vda. De Garza

Señorita Deyanira Chapa, Diputado Edmundo Martínez, Pedro Maldonado, Jesús Treviño, Eugenio Solís y otros más.

Como estos funerales no hay precedente en Sabinas dicen El Porvenir -, y dificílmente en mucho tiempo se efectuarán otros tan importantes como solemnes.

Sabinas Hidalgo, Nuevo León había perdido de manera trágica a uno de sus jóvenes valores murió a los 33 años de edad- y fue un duro golpe para sus seguidores en la política.