Regularmente en todos los pueblos existen personas que se interesan por la historia del lugar. Llevan un registro de los principales acontecimientos, se preocupan por mantener y difundir las tradiciones, entrevistan a los más ancianos, de ser vínculo entre el pasado con el futuro. Por eso, casi siempre se relaciona al cronista como la persona con mayor antigüedad o autoridad en la comunidad. A veces por tener una posición holgada, lleva su tarea en forma autónoma, pero en otras veces, por dificultades que se le presentan como la falta de apoyo del gobierno y el interés de las nuevas generaciones en la conservación de las tradiciones. Pero hay que señalar, que el esfuerzo del Cronista no solo se dirija a la documentación de la historia local sino a su difusión, pues el Cronista es la pieza clave para el rescate de las costumbres y tradiciones del pueblo en el que vive.
Por eso el cronista tiene que estar cerca de los medios de comunicación, pues éstos juegan un papel fundamental en la difusión de la cultura, ya que es importante que los mismos se interesen por difundir lo que nos pertenece a todos. En la medida de la participación en los medios, aumentará el interés del público en general sobre los temas que competen a la historia local.
Pero se requiere de formar a más gente que se dedique al registro y difusión de nuestro patrimonio cultural, histórico, tangible e intangible, para satisfacer las necesidades de la documentación histórica en nuestras ciudades y pueblos que sufren de males adversos, pues las ciudades crecen sin medida y nuestros pueblos cada vez se quedan con menor población.
El Cronista es quien se dedica al rescate de las tradiciones para la conservación de una identidad cultural. La vocación del Cronista nace del deseo del proyectar la historia hacia el presente para actualizarla y justificar lo que somos y que marque el rumbo del futuro, siendo la principal motivación principal, el cariño por nuestro lugar de origen y la convicción de que estamos dejando huella en las nuevas generaciones y en difundir nuestra historia y cultura, señalando lo que nos hace diferenciarnos de los demás, pero también encontrando puntos de identidad y referencia cultural que nos permitan integrarnos mejor.
Durante el XX Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas ocurrido en agosto de 1997 en Monterrey y Villa de Santiago, se definió que el Cronista es el responsable de preservar la identidad de los pobladores del municipio, de llevar el registro de los sucesos notables y elaborar y mantener actualizada la monografía municipal.
El Cronista en consecuencia, pugnará por el rescate, la organización y conservación de los sitios considerados bienes patrimoniales de la comunidad, como los archivos históricos del lugar, tales como el parroquial y el municipal y llevará un registro de los monumentos arqueológicos, artísticos e históricos del municipio. El patrimonio de un pueblo puede ser tangible, que es todo lo que podemos ver y tocar por su esencia física e intangible, que no es físico pero que prevalece en la conciencia colectiva de un pueblo, como sus tradiciones, costumbres, leyendas, recetarios ya sea medicinales o gastronómicos, pero que no están escritos y por ello corren el riesgo de desaparecer. Promoverá ante las autoridades federales, estatales y municipales, la conservación y protección de los monumentos, edificios, documentos, pinturas y otros de valor histórico y artístico. El Cronista investigará, conservará, expondrá y promoverá la cultura municipal y se recomienda que también elabore un calendario cívico municipal.
A decir de Pedro Trujillo García, Cronista de Tenayuca, Zacatecas, el Cronista debe ser un especialista en el registro de los hechos que se suceden en el entorno y con oportunidad reúne, ordena, conserva y divulga la historia del hombre en el tiempo. En cuanto a la divulgación, el quehacer del cronista municipal en gran parte está cifrado en la publicación de la monografía de su municipio o de la comunidad en la que nació.
Si no existe un cronista o responsable de llevar la crónica municipal, corremos en riesgo de que desaparezca la historia de nuestras vidas, la cual debe quedar para el futuro como base para planear bien el desarrollo.
Para Fernando López Alanís, Presidente de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas entre 2006 y 2007, la labor del Cronista es la de registrar los acontecimientos que se presentan en una comunidad determinada, siendo el tiempo un factor e ingrediente fundamental, ya que de esa manera se contextualiza el hecho acontecido. Continúa Fernando López Alanís: “La vida cotidiana de las grandes ciudades, a sí como del resto de los municipios del país, es la principal materia prima que los cronistas absorben para ser registradas en documentos que posteriormente contribuyen al desarrollo y bagaje cultural de las comunidades en las que viven”.
Los Cronistas son personas que tienen las antenas bien puestas y una aguda capacidad de observación, además de poseer una capacidad de asombro o sensibilidad. Para ello, el Cronista debe estar capacitado para narrar lo que está viviendo, ya sea en forma oral o escrita.