Dicen que cuando el mito y la leyenda se convirtieron en la filosofía y en la historia, es cuando inicia propiamente la civilización. Las primeras tienen que ver con la concepción primera de la existencia; son relatos y explicaciones sencillas en torno a los temas que los seres humanos necesitaban responder y justificar, entre las que destacan: ¿existe un ser superior del cual emanan el resto de las criaturas? ¿De dónde vienen?, ¿cómo surgieron las cosas?, ¿cómo intervienen los dioses en la vida de las personas?
Esos conceptos se reflejan en la escritura y representación de las ideas que originalmente se trasmitían en forma oral y que luego se recogieron en escritos. Estamos en el campo de la Mitología. Y la cultura occidental tiene mucho que ver con la cultura griega que nos habla sobre el origen de los dioses y de todo lo creado.
La palabra Cronista tiene que ver con el dios Cronos el titán, quien es el hijo de Gea la tierra y Urano el cielo. Urano es el dios constructor pues creó las montañas, las nubes y la esencia de todos los seres vivos. Junto con su esposa, Gea engendraron a los demás dioses. Sin embargo Urano resultó ser un tirano, despreciaba a su progenie, y a otros seres míticos y dioses como los Hecantoquiros y a los Cíclopes, a quienes exilió.
Gea que seguía amando a sus hijos decidió derrocar a su esposo engendrando doce armas que regaló a sus hijos los doce Titanes. A Cronos por ser el más joven le entregó la Gran Hoz (Megas Depranón) y con ella el logró derrotar a su padre y a continuación lo arrojó al Tártaro. Antes de desaparecer para siempre, Urano vaticinó el destino de su verdugo: "Cronos así como yo he muerto por tu mano…también tu morirás asesinado por la de tu propio hijo".
Cuando Cronos tomó el trono de Urano se convirtió en peor dictador que su padre. Como castigo, sus seis hijos pelearon contra los demás hermanos del Titán y los arrojaron también al Tártaro del cual logró huir. Después de que la profecía se hiciera realidad, el joven dios que derrotó al rey Cronos esgrimía relámpagos como armas. Su nombre significaba Tesoro Reluciente: Zeus, El Señor de los Dioses, quien después de encerrar el alma de Cronos en el Tártaro, dejó su arma más temida a los pies de la estatua de Atenea, para evitar el retorno de los titanes y de sus intenciones de recuperar el Megas Depranón para resucitar a Cronos.
Como resultado de su asociación con la abundante y generosa edad dorada, Cronos fue venerado como una deidad de la cosecha, supervisor de cultivos como el trigo y de la naturaleza, la agricultura y la progresión del tiempo en relación con los humanos en general. Se le solía representar con una hoz (normalmente de pedernal), que usaba para segar la cosecha y que también usó para castrar a su padre, Urano.
En Atenas, el decimosegundo día de cada mes (Hekatombaion) se celebraba una fiesta llamada Cronia en honor a Cronos y para celebrar la cosecha. Con el transcurso del tiempo, Cronos también fue identificado con el dios romano Saturno.
Saturno era el dios de la siembra y de la agricultura, se decía que había llegado de Grecia en los albores de la humanidad de los tiempos, cuando Júpiter lo destronó por haberse convertido en un tirano. Arrepentido, se instala cerca de la colina donde estableció una ciudad llamada Saturnia, en dónde enseñó a los hombres los secretos de la agricultura. Se le representaba como un hombre viejo, desnudo, con una hoz en una mano y en la otra un reloj de arena. A su gobierno se le conoce como la edad dorada.
Es de suponer que en las antiguas sociedades, era de suma importancia llevar un control del tiempo para la siembra y las cosechas, el reparto del agua para el riego y de la época de las lluvias y de las consecuentes crecidas de los ríos. Por eso se le relaciona con el tiempo.
La etimología del nombre es oscura. Podría estar relacionado con “astado”, sugiriendo una posible relación con el antiguo demonio indio Kroni.