Por ahí se pasa siempre por ahí, por las calles de Porfirio Díaz y Juárez. En un sentido o en otro, pero por ahí se pasa siempre.
El negocio tiene renombre es una fábrica de vestidos, de las que hubo muchas, de las que sigue habiendo muchas pero de las que requiere un vasto esfuerzo, perseverancia y suerte para sortear las crisis que en el pasado se presentaron y que, indudablemente, se seguirán presentado así son los negocios.
Las llamadas fábricas de vestidos para damas forman parte de la economía lugareña le han dado prestigio al pueblo a tal grado que hace tres décadas se dijo que éramos la capital del vestido en México se pudo haber sido o no, eso es lo de menos, lo verdaderamente importante es el hecho de las fuentes de trabajo activas hasta el momento, tornadas en tradición vivificante e identificadora.
Todas las fábricas de vestido grandes o pequeñas han tenido y siguen teniendo el sello de lo familiar. Son empresas concebidas y diseñadas a partir de un empeño familiar así han seguido hasta el presente.
Una de esas fábricas de vestidos es la Casa Morales
La Casa Morales se constituyó en el primer cimiento en la historia de la industria del vestido de Sabinas Hidalgo. Historia que hoy está en una nueva etapa de auge y expansión historia que inició un hombre estando como timonel hasta el presente al frente de ella, se llama Don Rogelio Morales López persona sencilla, tranquila y entusiasta piensa y actúa como si esa historia apenas comenzara como si apenas fuese a tomar forma, después de las casas de la industria del vestido empezaron a tomar forma, después de haber pasado por la tienda de abarrotes de su papá. Don Damián Morales y luego de la tienda de ropa y de calzado y más después la primera máquina de coser de su señora madre, ahí donde los primeros vestidos empezaron a fabricarse.
Surgió la Casa Morales en el auge particular de la guerra y de la postguerra en la reestructuración industrial al traer maquinaria nueva en los procesos de automatización y en la formación de toda una generación de excelentes obreros de la costura hacia la década de 1950, la empresa estaba por demás organizada, modernizada y en expansión al plano local y nacional las generaciones de empleados, de obreras, modistas, diseñadores y de bellas modelos, ayudaron también a forjar esa historia.
Don Rogelio Morales López pasó todas las pruebas del empresario en la industria del vestido y además de ello, hizo carrera como ciudadano promotor del civismo y del progreso para su pueblo. Por muchos años fue partícipe de todo tipo de eventos y de actividades de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material. Ambas tareas, la empresarial y la cívica, las realiza con absoluta sinceridad y profundamente convencido del bien social.
Así han pasado más de cincuenta años la Casa Morales sigue en su lugar aún de que los viejos vecinos en torno a ella se han ido y de que las primeras generaciones de obreras y empleados se han marchado también otras generaciones son las que observan los aparadores y vestidos y poco saben de la historia tras de esas paredes.
Las dos esquinas siguen igual desde hace varias décadas, continuando un proceso de producción que nunca se ha detenido y aumentando el prestigio acumulado haciendo de la tradición de la industria del vestido una herencia colectiva en Sabinas Hidalgo.
Don Rogelio Morales López ha cumplido así ampliamente consigo mismo y con la comunidad. Parece estar solo, pero en realidad no lo está tiene un sitio muy especial en la historia de la cara aldea en el conjunto de quienes han promovido el progreso, el bienestar y la identidad en este pueblo.
23 de marzo de 1987.