Desde hace algunos meses me preocupaba la idea de buscar datos sobre cierto personaje. Mi deseo era escribir su biografía y exponer el bien que hace y que sigue haciendo.
El hombre es muy activo y dispuesto siempre a servir. Sucede que yo no lo conozco personalmente; pero desde hace tiempo le tengo aprecio, sé lo que hace. Lo hace bien y con gusto. Es un ejemplo de buen ciudadano mexicano y humanista.
Hasta ahora nunca he hablado de él. Sin embargo, entiendo todo lo que hace….representa en su persona esa parte de la sociedad civil dispuesta siempre a organizarse para presentar auxilio, para cooperar en ayuda del dolor ajeno. Es de esa clase de hombres que siempre hacen falta, son los moralmente indispensables, pues sus acciones fortalecen a la sociedad, dándole seguridad y, sobre todo, volviendo el aprecio por nosotros mismos, nos hacen creer renovadamente en el milagro de que, habiendo un hombre bueno aquí, otro allá y otro más acá, la salvación del hombre puede tener un anticipo en la tierra.
Este hombre ayuda a sus semejantes, con su propio esfuerzo, con sus propios recursos físicos, morales y materiales….traslada enfermos graves, rescata y busca heridos, acude en auxilio en los accidentes y en las catástrofes….siempre está presto para ayudar….a mi eso me emociona, como me emocionó ayer, 8 de marzo, el programa de televisión donde fue transmitida la entrega de los reconocimientos al Valor Civil, Heróico y Patriótico, de los ciudadanos mexicanos que participaron en las labores de rescate inmediatamente después del terremoto del 19 de septiembre de 1985.
Al margen de las características oficiales del acto, el hecho tiene un profundo valor humano….los restos de los 5,200 jóvenes y ciudadanos de todas las condiciones que recibieron el estímulo moral al deber cívico cumplido, lo decían todo….los restos lo decían todo….expresaban vida y valor…..plena creencia en México, en su dolor y en su crisis, en su presente y en su porvenir…
Urgido y motivado decidí escribir sobre el personaje que hoy me ocupa ligado a lo anterior, pero ¿cómo escribir sobre él si no tengo mayores datos? Decidí suplir mi ignorancia biográfica con los sentimientos que me embargaban.
Los pocos datos caben en un párrafo:
Es hijo de un hombre de leyenda, enérgico y constructivo, de apellido perdurable en Sabinas….trabajó en los Estados Unidos por muchos años, volvió a su lugar nativo y aquí ofrece su calor humano.
Las biografías literalmente, grandes o pequeñas, son un problema relativamente fácil de resolver. Es cuestión de indagar y de preguntar. Se pregunta y se obtiene una respuesta….mas lo que es diferente, lo que tiene otro enfoque, es el aprecio por lo que una persona hace en función de los demás. ¿Cómo evaluar el compromiso personal de servir al prójimo en desgracia, en enfermedad o en accidente? Esto no es cuestión de investigación…es cuestión de introspección. Es cuestión de cada quien con uno mismo, de afuera hacia adentro….es cuestión de sensibilidad y la sensibilidad no ocupa espacios, está dentro de uno.
Es entonces cuando las biografías no requieren de muchas palabras y datos, sólo apuntar el nombre.
Así las cosas, dejo la biografía para otra ocasión y por lo pronto sólo escribo el nombre en una línea….
Don Roberto Baldazo, al cual le digo gracias por servir a sus semejantes. Gracias porque su ejemplo es indispensable para Sabinas Hidalgo y para toda la patria.
Usted señor, vale por sus buenas acciones. La historia ya registró su nombre y, sobre todo, su ejemplo, no importa que este cronista no haya escrito hoy su biografía.
10 de marzo de 1986.