Era el mes de octubre del año 1998, a un mes de que se cumpliera el 40 aniversario de la Normal Pablo Livas, me encontraba en el 2º año de Licenciatura y al igual que mis compañeros sentía una gran emoción porque ya estaba cerca el 40 Aniversario, ya que llegada la fecha se realizaría una semana de actividades culturales y deportivas para celebrar tan importante acontecimiento.
Era el mes de octubre del año 1998, a un mes de que se cumpliera el 40 aniversario de la Normal Pablo Livas, me encontraba en el 2º año de Licenciatura y al igual que mis compañeros sentía una gran emoción porque ya estaba cerca el 40 Aniversario, ya que llegada la fecha se realizaría una semana de actividades culturales y deportivas para celebrar tan importante acontecimiento.
Recuerdo que el director y los maestros nos decían que teníamos que participar en alguna actividad para el evento. Al principio nos presionaban porque no sabíamos cómo participar, y a mi en particular, se me ocurrió una idea, participar en grupo cantando una canción alusiva al 40 Aniversario y yo me encargué de componer la letra de la canción y convencimos al Profr. Vike para que le pusiera música, aprovechando que él nos impartía esta clase.
Una vez con la letra y música, empezamos a ensayarla y el Profr. Vike también incluyó una canción escrita por él para también cantarla. Fue así como todo el grupo de 2º año de Licenciatura en Educación Primaria ensayamos las dos canciones, a la que yo compuse: A mi Escuela Normal y la del Profr. Vike llamada: Sabinas Hidalgo.
Todos mis compañeros estaban muy felices y entusiasmados porque íbamos a participar en grupo y así cumpliríamos con el director y con los maestros, pero nadie se imaginaba que algo malo iba a pasar todo estaba listo, las canciones se escuchaban muy bien, pero como dos o tres días antes nos cancelaron la participación, argumentándonos que había muchos números que presentar y que le estaban dando mayor preferencia a personas más importantes, ya que nosotros éramos simplemente alumnos en ese momento.
Pero a pesar de todo nosotros cumplimos con nuestros maestros y con el director, pero sobre todo con nosotros mismo. Hoy en día este es un simple y bello recuerdo, y a pesar de no haber participado hubiéramos querido, lo que queda para siempre en nuestras mentes y corazones, es esa canción, como un pequeño pero muy significativo homenaje, a nuestra querida Escuela Normal Pablo Livas.
Profr. Noé Rodríguez Vázquez