En nuestros tiempos de estudiante ir a la escuela era siempre a pie, pues aunque en la casa hubiera algún carro o camioneta no era una prioridad ir a dejarte a la escuela, hiciera frío o calor siempre te ibas caminando.
Cuando estudié el segundo año en la escuela Normal, ya hacíamos la práctica pedagógica. A mi me tocó ir a practicar a la escuela primaria Manuel M. García, en aquellos años era el director el ameritado maestro Profr. Santos Noé Rodríguez totalmente estricto, y un maestro de gran sabiduría y don de mando. Así que para practicar allí habría que trabajar y esforzarse a lo máximo que podía tu capacidad a esa edad de 16 años; íbamos a trabajar a la primaria mañana y tarde siempre a pie no importaba el clima que hiciera.
Por la noches íbamos a nuestras clases a la escuela Normal de las 18:00 a las 22:00 hrs. (6 a 10 de la noche, o a veces hasta las 10:30), en las oscuras noches invernales cuando estábamos a 0º grados o menos casi no podíamos escribir pues hacía tanto frío adentro como afuera.
En la salida de la escuela yo caminaba hacia el norte pues vivía en la Carretera Nacional.
Como el vestuario que teníamos era el mismo para calor o frío con la diferencia de alguna chamarra, no teníamos abrigos o chaquetas que nos cubrieran y como usábamos vestido, sentías como el aire helado se colaba entre las piernas tiritando de frío, a veces con lluvia o aquella llovizna que te calaba hasta los huesos, hacíamos más aprisa para entrar en calor abrazando los libros y te protegieran un poco.
Si llovía, granizara o estuviéramos bajo cero, las clases no se suspendían y tampoco nuestra familia iba a recogerte, era tu problema regresar a casa.
Cuando se iba la luz en el pueblo, algunos compañeros se ofrecían a encaminarte hacia tu casa (gracias a mis compañeros que se preocuparon por las mujeres del grupo).
Nunca les reprochamos a nuestra familia por no ir a recogernos en las noches frías o lluviosas.
La única vez que mi papá me llevó a la escuela Anexa fue cuando llevé un enorme guajolote para dar una clase y éste no cabía en una caja.
Le doy gracias a mis padres porque nos enseñaron a valernos por nosotros mismos y a luchar por lo que queríamos obtener.
Hoy veo desfilar los carros para recoger a sus hijos para que no caminen o bien les dan su propio coche para que se trasladen a la escuela.
Profra. Blanca Josefina Santos Hinojosa
XI Generación
19581961