¡Ánimo principiantes!
No conozco a una sola persona que participe en cualquier actividad para fracasar, todos, absolutamente todos vamos a ganar, sin embargo, el triunfo a veces se niega, y solo los insistentes, los que no claudican, aprenden de los tropiezos y se convierten en triunfadores.
La derrota es parte del aprendizaje de nuestra vida, todos alguna vez hemos perdido y gracias a ello mínimo nos ha dado la oportunidad de sentirnos más humanos, más humildes o cuando menos más sencillos.
Ejemplos de aparentes fracasados hay muchos, desde Cristóbal Colón quien se regresó a España o Beethoven quien compuso su Novena Sinfonía casi en la miseria y nunca la escuchó porque estaba completamente sordo.
El fracaso es transitorio, por eso hay que aprovecharlo sin desalentarnos, al contrario, es la oportunidad de analizar, de aprender, de quitarnos el velo de prepotencia, arrogancia y soberbia que a nadie beneficia.
El fracaso de ninguna manera es una maldición, sino una lección que nos hace pensar más alto, sentir y sacar el deseo de ganar de lo más profundo y ver más claro el triunfo que indudablemente llegará.
Así se forman los niños, perdiendo y ganando un juego, disfrutando y aprendiendo además de desarrollar su intelecto y sus facultades físicas, aprenden a convivir a respetar el derecho de los demás a sujetarse con apego a las reglas, en este caso del juego, sin olvidar los buenos hábitos, (puntuales, limpios, respetuosos, ordenados, etc.).
Lo anterior viene a colación porque los Cachorros es el equipo benjamín en la Liga Pequeña de Beisbol división moyote y lleva 2 derrotas a mano de los Rebeldes y su manager y a la vez padre de familia, Dr. José Luis Martínez Cantú, consciente de eso y mucho más no pierde ni el ánimo ni la compostura y continúa en la brega como todos los demás incluyendo por supuesto a los directivos de la Liga Pequeña de Beisbol Sabinas Hidalgo, N.L.
Los Cachorros perdieron en el terreno 19 carreras a 4 con los Rebeldes que maneja mi ahijado y exintegrante de los campeones nacionales pee wee de 1980, Juan Ángel Serrano Román, al que se le reconoce su trayectoria y sobre todo su labor en beneficio de la niñez.
Hoy, estimados lectores disculpen lo corto de la nota deportiva, la labor de pitcher, el bateo oportuno, la jugada genial, lo haya reemplazado con lo que muy poco se comenta: El trabajo de voluntarios, padres de familia, de toda la gente buena de mi solar adoptivo: Sabinas Hidalgo, Nuevo León.