El experimentado lanzador derecho Jesús “Jesse” Martínez racionó al equipo de nuevo ingreso a la liga municipal de beisbol a 6 aislados hits y los pintó de blanco.
El experimentado lanzador derecho Jesús “Jesse” Martínez racionó al equipo de nuevo ingreso a la liga municipal de beisbol a 6 aislados hits y los pintó de blanco.
La victoria correspondió a los Yaquis de Sonora por pizarra final de 14 carreras a 0, normal para los aficionados que asistieron el domingo 19 de agosto al parque “Gilberto Garza”, porque sus integrantes vienen de otro deporte similar pero nunca igual.
El experimento se realizó gracias a la disposición de Pedro García Rodríguez y Raymundo Rodríguez de Llano además de la generosidad de los equipos participantes y la presidencia de la liga en manos del Profr. Abraham Villarreal Cervantes al aceptarlos después de iniciado el torneo municipal de beisbol.
El zurdo Héctor Mario García inició lanzando por el equipo de softbolistas que pronto tomarán su ritmo, después le siguieron Juan Carlos Montemayor, Amaniel Sánchez y Leopoldo Montemayor.
Los Yaquis anotaron en 14 ocasiones con 9 hits entre ellos un jonrón de Sergio Guajardo sólo que supieron capitalizar muy bien los errores y el descontrol lógico de los pitchers contrarios.
Lo bueno es que ya iniciaron con la juventud por delante, el “colmillo” de sus manejadores y el respaldo sincero palpable de sus seguidores.
En el segundo encuentro los Industriales vencieron en un “toma y daca” a los Mohicanos con rally de 4 carreras en el noveno episodio por cartones de 13 carreras a 12 para beneplácito del quinielero Jesús Pereyra Bocanegra mejor conocido en el mundo del rey de los deportes como “La Lechuza”.
Lo abultado del marcador no dice mucho pero los aficionados que se dieron cita en el inmueble de la colonia Bella Vista se mantuvieron en las gradas hasta el desenlace, atentos al juego de constantes alternativas.
Sergio Rivera en relevo a Edgar Omar Sánchez se agenció el triunfo cargando con el fracaso el “refuerzo” Salvador Gómez con quien dejó el montículo a Luis Carlos García cuando la historia ya estaba escrita.
Los Cerveceros descansaron y los aficionados disfrutaron de un clima estupendo para presenciar beisbol conviviendo en paz, disfrutando cada lance o batazo y celebrando cada detalle de ellos mismos o la simpatía de algunos de los participantes.