Cuando escuché por primera vez "Tú, yo y la luna" acompañado de unos amigos borrachos como yo comprenderé, interpretada por el cantante sinaloense Ernesto Pérez, mejor conocido en el mundo de la música mexicana como El Chapo de Sinaloa, la letra de la canción me parecía buena y bastante familiar.
Cuando escuché por primera vez "Tú, yo y la luna" acompañado de unos amigos borrachos como yo comprenderé, interpretada por el cantante sinaloense Ernesto Pérez, mejor conocido en el mundo de la música mexicana como El Chapo de Sinaloa, la letra de la canción me parecía buena y bastante familiar. En realidad, me refiero a aquella parte de la canción que dice:
Que no nos quede la duda anoche en mi cama éramos tres
Tú, yo y la luna.
Y hace un par de días averigüé por qué.
Gracias al obsequio de Juan Antonio González Cantú, releyendo Ladera este (Galaxia Gutemberg, España, 1998), libro de poesía de Octavio Paz en el que además se incluyen Hacia el comienzo y Blanco, me encontré con el siguiente poema:
*Anoche
en tu cama
éramos tres:
tú yo la luna
¿Plagio premeditado del compositor Rafael Rubio? (Sabe Dios quién será). ¿Plagio accidental (¿existe?). ¿Influencia? (Ésta, de plano, sí). ¿Reverencia unánime por ser aquél un lector del Premio Nobel de Literatura 1990? Caray, son muchas interrogantes.
Yo de todas manera seguiré escuchando la música de El Chapo y leyendo y releyendo a Octavio Paz.