El primer juego de béisbol en Sabinas
Fue el 19 de julio de 1914, a iniciativa del joven y popular revolucionario constitucionalista Gral. José E. Santos, oriundo de San Miguel de Bustamante, N. L. y apodado "El cabezón" por obvias razones, cuando se jugó el primer partido de béisbol en Sabinas Hidalgo, N. L.
Se formaron dos equipos llamados Cuauhtémoc y Bravo y alinearon por el Cuauhtémoc: Melchor Santos catcher, Eugenio Mireles pitcher, Guadalupe Morales Santos primera base, Juan Ríos segunda base, Guadalupe Morales M. tercera base, Federico Garza parador corto, Genaro Ayala jardinero izquierdo, Luis Larralde jardinero central y Manuel González jardinero derecho.
El equipo Bravo lo integraron: Enrique Campbell como receptor, Armando González lanzador, José B. Saldaña primera base, Mauro Uribe Jr. segunda base, Refugio Guzmán Jr. tercera base, Juan Guzmán parador corto, José María Mireles Garza left fielder, Epigmenio Quiroga jardinerto central y en el jardín derecho quien luego fuera alcalde y diputado local Profr. Antonio Solís Guadiana.
Los ampayers fueron Morton Campbell quien luego tuviera una fábrica de aguas gasesosas o sodas en Monterrey y Melchor Ancira; una alegre banda de música alegró el encuentro y el toque de belleza estuvo a cargo de las madrinas: Herlinda Cantú, Manuela Larralde, Alicia Cavazos, Esther Garza, Herlinda Morton, Ernestina Santos, María Bertha Faulac, Faustina Garza, Josefina Jiménez, Bertha Uribe y Josefina Mireles.
Casi el centenario cumple de jugarse el béisbol en Sabinas, donde sobresalen tantos nombres entre jugadores, managers, promotores y benefactores; Alector Ruiz, Jorge Mascareñas Valadez, Antonio García y muchos más que sería prolijo ennumerar.
Ante la avalancha terrible del fútbol soccer, urge más apoyo al béisbol, deporte orgullo de Sabinas.
Vivero municipal
En la administración municipal del Ing. José Viejo Mireles se estableció el vivero municipal, a un lado del Ojo de Agua: se construyó en ese entonces el cuarto para la bodega y la pila, pero cuando recibió fuerte impulso fue en la gestión de don Rodolfo Garza Ancira.
Hace algunos ayeres, precisamente el 10 de diciembre de 1993, me encontré a don Rodolfo supervisando los trabajos de reforestación de La Turbina y emocionado me proporcionó los datos que anoté en un viejo cuaderno: "plantamos 19 sabinos, 38 fresnos, 87 álamos, 8 cedros y 12 bugambilias, además se encalaron los árboles existentes en el paraje y se colocaron piedras alrededor de los nuevo árboles para su protección”.
En la actualidad el vivero sigue en marcha, atendido con amor y dedicación; los sabinenses pueden pasar por arbolitos gratuitamente, solo se requiere una orden fácil de obtener en la Presidencia Municipal y se podrán llevar bugambilias, fresnos, sabinos, ébanos, guayacanes, patas de vaca y otras especies.
El vivero municipal es una obra que debe perdurar, los sabinenses tenemos también la obligación de echarle la mano de vez en cuando, llevemos semillas y plantas para que continúen con su labor.
¡Malhechores!
Al bajar de La Ermita, después de realizar su meditación mañanera, el filósofo sabinense Mámocles, pasó a casa de su compadre José para conocer al crío de éste, recién nacido; al verlo, abrió su viejo diario de pasta dura, de cinco manos y escribió: " está tan feo, tan feo, que sus padres en lugar de ser bienhechores, fueron …¡¡¡malhechores!!!