Hace tiempo la costumbre más arraigada en el pueblo era: las pláticas que los vecinos tenían mediante las cuales se enteraban de los acontecimientos que sucedían en el la vieja aldea; lo hacían cuando barrían la calle y todo el que pasaba se paraba a comentar algún acontecimiento; cuando iban al molino mientras les molían el maíz se enteraban de las novedades del pueblo; lo mismo se hacía en todos los tendajos, comercios y cantinas de la comarca; en la actualidad muy pocas gentes practican esa manera de comunicarse, porque cuentan con el teléfono, el celular, la radio o la televisión y otras personas acuden a los cafés, donde se hacen todo tipo de comentarios y se resuelven todos los problemas de la ciudad y de la nación.
Hace días tuve la satisfacción de tener una larga y amena charla con la Sra. Josefina Gutiérrez Perales de Acevedo, quien laborara muchos años en las empresas que tuvieron bajo su responsabilidad dotar de energía eléctrica al pueblo.
Ella me comenta con gran satisfacción: entré a trabajar con el Sr. Juan García Rivera en el mes de julio de 1954, las oficinas estaban frente a la Carretera Nacional y una calle que corría paralela a los solares que colindaban con el río Sabinas (Actualmente se llama Manuel M. García); todavía están de pie esas oficinas; él se había quedado al frente de la empresa que fundara su padre el Sr. Manuel M. García; era el Administrador de los Silos, los Molinos de trigo, la Fábrica de Hielo, la Despepitadora, la Planta de Luz, la Aceitera y de la planta de la Turbina.
Me hice cargo de algunos trabajos de la Oficina ya que la responsable era la Srita. Teresa García Rivera hermana de Don Juan; le ayudaba como Cajera, hacía Contratos, ordenaba los archivos y llevaba el control de los clientes; los clientes eran prácticamente de dos categorías: los que pagan cuota fija porque el consumo era mínimo y los que tenían medidor o controlador de energía porque su consumo era mayor, la cuota mínima era de $8.00, y la otra se calculaba según el gasto.
Los instrumentos de trabajo eran: una máquina de escribir, una sumadora, un teléfono de cuerda, lápiz, papel, tinta y sellos.
El horario de trabajo era: por la mañana de 8 a 12, por la tarde de 14 a 18 y el salario que percibía era de 200.00 pesos por quincena.
Cuando se acumulaba el trabajo porque era fin de mes y había que cobrar a más personas, la Señorita Teresa llamaba para que nos ayudaran a sus sobrinos Francisca García Garza (La Chiquis) y a Juan Manuel García Garza, que eran hijos de su hermano Juan.
Los recibos que entregábamos a los clientes eran muy parecidos a los que se manejan ahora, en cuanto a los datos de identificación.
Recuerda los nombres del Personal que laboraba, tanto en la fábrica de hielo, como en la atención de la planta de luz y el tendido de las líneas, así como las instalaciones particulares.
De la vieja guardia
Juan Chapa en la fábrica de hielo.
Ramón Garza de Andar –Liniero
Manuel Aguirre –Liniero
Luego me repite los nombres de los trabajadores de la segunda época.
Continuará
Prof. Santos Noé Rodríguez Garza
Cronista de la Ciudad
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo