Me vino a ver, traía una tristeza muy grande, acababa de sepultar a un ser muy querido –Vengo a platicar contigo porque tienes la oportunidad de conversar con mucha gente y quiero que conozcan el sentimiento doloroso que llevamos todos los que nos alejamos del pueblo buscando una vida mejor, nos fuimos de aquí pensando en volver después de cosechar los triunfos y asimilar las derrotas, para vivir los últimos días de la vida tranquilos y al fin reposar a lado de los nuestros– ¿pero no sé que le ha pasado a mi pueblo? ….el desorden que contemplo en la forma de conducirse de las gentes, no es el trato respetuoso que todo mundo te daba, traté de cruzar la calle y el mueble que venía retirado aceleró para impedirme el paso, estuve un buen rato parado en la esquina y crucé cuando la calle se despejó.
A nosotros en la casa y en la escuela nos aconsejaban, que debíamos ceder el lugar y la acera a las personas mayores, ahora no hay tal respeto; cuando salíamos por las noches, teníamos que volver temprano; pero ahora veo que ya es tarde y andan jovencitos, hombres y mujeres muy campantes ingiriendo bebidas que tal vez sean alcohólicas– ¡y sus papás!– pienso, – ¡no les dirán nada!—los veo fumar tranquilamente, cuando todo ello era muy delicado y si te sorprendían haciéndolo te castigaban; de que sirve, pienso, toda esa propaganda mediática que pregona que el fumar mata de cáncer; nuestro Sabinas no es el único que sufre por la ola materialista que invade al mundo, allá donde vivimos también hay mucho desorden, vicio y maldad, pero eso no lo queremos para los nuestros y cuidamos a nuestros hijos, como nos cuidaron a nosotros, con reglas que se hacían respetar; la disciplina iniciaba en la casa y se extendía a la sociedad, la ley de los padres se respetaba y si la violabas, ellos se encargaban de hacerte entender que para tener una vida decente había que cumplir con normas establecidas en la familia.
Hoy parece que todo es disipación y holganza, me duele mucho cuando escucho el nombre de mi pueblo mezclado en la información de hechos delictivos a los que se les da una difusión desmedida: droga, crímenes, dólares, asesinatos, desaparecidos, robos, extorsiones, secuestros y esto lo veíamos solamente en el cine y nunca pensamos que pudiera suceder en la vida real.
¡Me voy triste! ¡pero pienso volver! y ojalá que para entonces las cosas hayan cambiado. Hasta pronto mi buen Jaime y feliz viaje.
Prof. Santos Noé Rodríguez Garza
Cronista de la ciudad
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo
