Mañanita de invierno que despiertas haciendo tiritar el cuerpo y sacudiendo el alma; un austero monumento cuya base está compuesta de piedra, que simboliza la fortaleza de las montañas que circundan nuestro valle, y unas placas de mármol negro que en su corazón guardan la urna que contienen sus cenizas; los recuerdos de los amigos, el amor de sus familiares, la presencia de las Autoridades y el silencio del sacro recinto, hicieron el marco donde se recordó la obra del Cronista de la macro-historia, del luchador incansable que con su adarga y su espiritual espada, trató de enderezar entuertos y de hacer justicia a los desposeídos, del Quijote de la Crónica Profr. Celso Garza Guajardo.
Caminante de mil horizontes, que tuvo la oportunidad de abrevar en las fuentes del saber de muchas naciones, viajero incansable que en sus alforjas fue depositando los mendrugos de conocimiento, que supo arrancar a los países donde compartió el pan y la sal de la amistad, con todo aquel que quería conocer y saber de las costumbres y de la forma de vivir de su tierra de procedencia; mientras él asimilaba experiencias y vivía momentos soñados en sus noches de nostalgia, mientras los suyos anhelaban su retorno por su larga ausencia, “La cara aldea” se transformaba, y al reencontrarse con ella, supo escuchar a los que todavía solían contar las aventuras de viejos personajes, continuaban con las costumbres ancestrales y repetían los episodios de los hechos sucedidos en el pasado remoto.
Los amalgamó, poniéndole el saber de su pluma aventurera y sin desearlo siquiera, acumuló un gran tesoro que ahora disfrutan las generaciones nuevas y las venideras.
El frío de la estación invernal no impedirá que el recuerdo de sus vivencias quede en el arcón, donde se guardan los tesoros más preciados, pues mientras exista un libro de los escritos por él, arderá la llama de la gratitud para un gran sabinense.
Nosotros cada invierno iremos a depositar la flor del recuerdo y la amistad, a la tumba que guarda las cenizas del Maestro Celso Garza Guajardo “Porque los amigos, aunque ausentes, siempre están presentes”. (Cicerón).
Profr. Santos Noé Rodríguez Garza
Cronista Oficial de la ciudad
Miembro activo de la AESH