Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Histórica excursión

Páginas Sueltas de la Historia de Sabinas

Profr. Santos Noé Rodríguez GarzaAnte la visita del Sr. Francisco Cázares Guardiola a la sala de reuniones de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo, se formó una expectativa por demás promisoria, porque quienes habíamos charlado con el ponente sabíamos que tiene la capacidad suficiente para mantener latente nuestra atención.


Nos tomó simbólicamente de la mano y nos llevó a recorrer la serranía que circunda nuestro valle; nos subió primeramente al Pico de Santa Clara y nos hizo contemplar lo que queda de las instalaciones de la mina “La Cruz del Aire” y nos explicó de la existencia de las siete vetas que en su tiempo dieron mucho mineral; observamos los restos de la fértil huerta de duraznos; que en su tiempo saborearon los españoles y criollos que junto con los indios esclavizados sustraían el mineral; pudimos ver como brota de la falda del cerro la cristalina fuente que da lugar a la formación de la “Acequia del Agua”. Continuamos caminado por la cresta de la sierra de “Minas Viejas” y desde los “Tres Picos” nos maravillamos de lo extenso del “Valle de las Sabinas” y vimos como a lo lejos se perdía el brillo que reflejaban las nítidas aguas de nuestro hermoso río. Pasamos junto al socavón de la mina de “La Soledad” y en retrospectiva vimos las recuas de mulas y burros que en sus lomos bajaban el metal para trasladarlo en carretas a la ciudad de Villaldama. Nos asombramos al contemplar el hermoso bosque de “La Mesa del Tule” cuyos árboles centenarios forman un bello paisaje y vimos tomar agua: a los venados, osos, coyotes, colas pintas etc. en la tinaja que se forma en esas alturas, y contemplamos el vuelo planeador de buitres y aguilillas. Seguimos hacia el norte y pasamos por la meseta de “Los Copos” donde percibimos lo que queda de malacates y canastillas de acero que se usaba para manejar el metal que se extraía de la mina “Del Boleo”, que se sitúa como a mil metros de altura de la base del cerro.

Contemplamos absortos las añejas instalaciones de lo que fue la mina de “La Pachona” que tuvo en sus tiempos tanta o más población que el casco del pueblo, hasta su base se trasladaban barilleros y circos trashumantes para ofrecer sus mercancías y espectáculos; era tal su importancia que se dice que con un día de haber de sus trabajadores, se construyó la iglesia de San José. Seguimos rumbo al “Rincón de los Caballos” y nos dimos cuenta de la existencia de las minas de “La Azufrosa” y de “La Plomosa” vetas que produjeron poco; nos explico cómo la planta llamada “Flor de Peña” se utiliza para hacer ciertos medicamentos y en un tiempo fue explotada por extranjeros; nos paseamos por los linderos de los Ranchos de: La Aurora, Chupaderos, El Crucillal, El Cedrito, Pascuales, El Armadillo, El Durazno, La Noria, La Mulada, El Encinal, La Parra; explicó como en sus dominios se desarrollaba el ganado vacuno y caballar en gran escala, dejando las serranías para el ganado caprino. Vimos los tres socavones de la mina “Cabeza del Toro”; dice que cuando niño lo que más le impresionó; fue el brillo del metal que había en sus paredes, y que la luz de la lámpara de carburo hacía destellar. Nos llevó a “La Iguana” mina rica en plata, y al Tiro de “Santa María” donde había una veta que daba oro, pero se internaba en el corazón de la tierra y el agua de las profundidades les impidió avanzar.

Correteamos por las veredas y nos acercamos a los lentiscos para contemplar de cerca las cabras salvajes que una vez separadas de sus rebaños se vuelven matreras. Nos cuenta que su hermano Apolinar Cázares después de que regresó de la Revolución, se dedicó a explotar yacimientos que alguna vez fueron efectivos, logrando en muchas ocasiones buenos dividendos. Se despidió de los Escritores entonando a capela una hermosa canción, añorando los tiempos en que tras el cansino borrico acarreaba en costales el mineral que sacaban.

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza
Cronista de la ciudad
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo.