Desde mediados del siglo XVIII, la virgen de Guadalupe es la patrona del Nuevo Reino de León. Precisamente encontramos influencias guadalupanas muy arraigadas en la forma de ser del habitante nuevoleonés. Inclusive la fiesta guadalupana es tan importante o más que otras tradiciones que suceden a lo largo del último mes del año. Entre el Adviento y la Navidad, festejamos el día 12 de diciembre a Nuestra Señora de Guadalupe. Ya desde fines de octubre comienzan las peregrinaciones en su honor y se le llevan muestras de piedad y cariño popular: se hacen largas procesiones, van a pagar mandas, organizan visitas al templo, dejan adornos florales, veladoras, se le lleva serenatas y se forman grupos de danzantes a los que llamamos matachines. Organizan carreras con deportistas a las que llaman “Carrera de la Rosa de Plata”. En diciembre conmemoramos y nos regocijamos con la virgen María como a Jesús. Hay que rendirle culto a la madre de Dios que se hizo mexicana como nosotros al tener la piel morena igual a la nuestra. Es más, las fiestas navideñas inician ese día y concluyen el 6 de enero, conocidas como el famoso “Maratón de Guadalupe Reyes”. Y por si fuera poco, la devoción a la virgen del Tepeyac forma parte del llamado México Profundo, junto con el culto a los muertos y el respeto a la madre.
Seguir leyendo