El convento que se convirtió en símbolo de Nuevo León (1-2)
Una vez Monterrey tuvo un convento edificado por los religiosos franciscanos al que consagraron como patrono al apóstol san Andrés. Gracias a fotografías, testimonios orales y planos ahora lo vemos enigmático y como si fuera algo irreal; como si se tratara de un fantasma cuya silenciosa historia termina con un trágico desenlace. Ahora lo tenemos en el escudo heráldico de Nuevo León. Un símbolo que representaba el esfuerzo evangelizador y civilizador de los primeros pobladores. Un emisario del pasado que fue aplastado en abril de 1914 por el ansia de progreso, de modernidad y desarrollo. Hace cien años fue destruido del paisaje pero su recuerdo prevalece.
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