Si son de harina ni me las calientes…
El sentir popular sentencia: “si son de maíz ni me las mientes, pero si son de harina ni me las calientes”. En Monclova aseveran: “Si son de harina ni me las calienten pero si como unas de maíz se me parten los talones”. Dicen que mujer que no sabe hacer mole, chiles rellenos ni tortillas de harina, no están aptas para el matrimonio. La tortilla de harina inspiró al promotor cultural monclovense Jesús Guajardo de los Santos para hacerle un poema llamado “A mi gordita querida”: “Me enloquece sentir tu calor, sentir que me queman los labios; no me importa que queden resabios, cuando aspiro con fuerza tu olor. Al ver tus lunares de obscuro color, los quiero palpar en mis manos, recorrer tus bordes livianos, gozar de la suave tersura de tu cuerpo. El gozar la blancura lo mismo que en invierno que en ardiente verano…” Pero también advierten de su peligrosidad. Dicen que los polvos blancos son los que más daño hacen a la salud de la gente son la harina, la sal y la azúcar. Pero nadie pone en duda su sabrosura, lo mismo recién hechas saliendo del comal que frías o al tiempo.
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