Si pudiésemos volver el tiempo atrás, si pudiéramos corregir todos los errores del ayer, si volviésemos a vivir y volver a estar con aquellos que hoy ya no están y que en otrora tiempo nos brindaron paz y sabiduría.
Recordar hoy los juegos infantiles en las esquinas de las calles del ayer, angostas y tenuemente iluminadas, no conocíamos el chapopote, no había calles pavimentadas, desconocíamos lo que eran los arbotantes, los vehículos de motor pasaban de cuando en vez por aquellos terrenos que eran nuestros, al caer el sol, la intersección de aquellas calles era nuestra, allí estaban nuestros amigos de siempre, con los pantalones de pechera y nuestros pies descalzos con los dedos gordos muchas veces sangrantes.
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