Columna del Profr. Salvador Garza Inocencio.
“Todo retrato de un cronista es a lápiz y sobre papel. No requiere mas artificios. Papel y Lápiz, nada más. Se dibuja con palabras, en la soledad y en la duda de no llegar a saber a quienes y cuánto importará lo que en sí está delineando”.
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La crónica es una forma de narrar un suceso específico. La crónica fue utilizada en sus inicios para abordar temas como el nacimiento o la muerte de un personaje de la nobleza; el viaje de un aventurero famoso o la conquista de una ciudad.
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Algunos comentarios de quienes lo querían y de aquellos que además lo admiraban. “El profesor Celso era alguien de quien los sabinenses bien podíamos sentirnos orgullosos, pues era todo un personaje en el ámbito universitario y un incansable promotor cultural, apasionado historiador y cronista”, Castellanos en “Simplemente… una opinión”.
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Eran los últimos días de un mes de mayo, aquellos días en que la luz del sol dura hasta tarde y donde el calor veraniego era intenso…
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Conversábamos con él, allí en el portón de la entrada de la Academia Comercial “Cuauhtémoc”, en otras ocasiones lo hacíamos en la dirección de la escuela…
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Era una tarde de verano y llegó a mi casa, acá por el rumbo del Valle del Sol, él iba a ésta la casa de ustedes con alguna frecuencia, alguien lo llevaba en automóvil, lo dejaban en la casa y sus acompañantes le decían que más tarde pasarían por él; mi esposa y yo compartimos y disfrutamos de muy amenas charlas. El café y las tortillas de azúcar eran la merienda, le gustaba mucho platicar pero lo que le encantaba era recordar.
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Transcurrió el tiempo y yo llegué a trabajar como maestro en la Escuela Normal “Pablo Livas”, donde ella era la Secretaria de la Institución, siempre recibí un trato amable, y una palabra de aliento cuando así lo requerí.
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“Si quieres ser maestro… tu alma limpia bien, nunca un odio avieso se adueñe de tu ser” así iniciaba aquella composición poética que una maestra nos enseñaba y teníamos que memorizarla y declamarla para una evaluación en la cátedra de Español Superior, allá en aquella aula de la Escuela Normal “Pablo Livas”, aula con que hoy se recuerda la memoria de Celso Garza Guajardo.
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Celso fue capaz de pasar sus pensamientos a la tinta y al papel y con ello deja testimonio de la algarabía musical del pueblo, de la cultura, de sus tradiciones familiares, de la sazón de sus guisos, y de la sencillez y sonrisa amable de su gente.
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En una de las aulas que en otrora tiempo formara parte de la Academia Comercial “Cuauhtémoc”, el pasado doce de febrero del presente, se efectuó una reunión de los amantes de la pluma…
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