Ellos fueron invitados a una fiesta, a un "party" como ellos le llaman; hubo comida, música, globos, pasteles, juegos y por supuesto bebidas. Transcurrió el tiempo, y por consecuencia las bebidas empezaron a hacer su efecto, después de varias horas, la señora se sintió mal, envió a su hijo de tres años al auto y tomó el portabebé con su pequeño de tan solo meses de nacido y lo colocó en la parte posterior de su unidad.
Inició el camino de regreso por el Camino Grande, sintió que ya no podía manejar, llegó a una gasolinera y un samaritano de una limousine se ofreció llevarla a su casa, dado su estado de embriaguez. A la mañana siguiente su marido le pregunta por sus hijos y al buscarlos sólo encuentran al de tres años, inmediatamente le pregunta ¿Dónde está el auto? ella por los todavía efectos de las bebidas, no recuerda nada; de inmediato se solicita la ayuda policiaca para localizar el vehículo, transcurre el tiempo pasan las horas, con un calor infernal; por fin se localiza un vehículo con los vidrios cerrados y un bebé muerto por deshidratación. Hoy la mujer enfrenta cargos.
Las "bebidas" hicieron olvidar el deber y el amor de una madre.
Pero así está el mundo y éstas son "Nuestras Cosas".
Hasta la próxima.