Tal vez usted recuerde algunas películas como: "Psicosis", "Camisa de fuerza", "Los pájaros", "Qué pasó con Babe Jane?" y otras más, sí algunas más en cuyas escenas fuertes usted contenía la respiración y el carro de sonido anunciaba que no eran aptas para personas enfermas del corazón.
Hoy son otros los escenarios, otros galanes, pero el objetivo es el mismo; el de hacernos sentir miedo en su grado máximo.
Ayer y hoy las películas de terror y un día antes, por decirlo de alguna manera, fueron los relatos y las leyendas, algunas con verdades a medias y otras con un dejo de cruda realidad.
Tal vez usted recuerda, hace mucho tiempo de aquellas pláticas de niños o muchachos que reunidos en las esquinas a la luz tenue y relampagueante de un farol, aparecían los temas de "La Llorona", "El jinete sin cabeza", "Las brujas", y los enormes "Animales Voladores". Hoy el miedo y el terror se han salido del celuloide y de las pláticas esquineras, para convertirse en la comidilla del día.
Hoy el miedo y el terror penden sobre la cabeza humana como la espada de Damocles.
Pero así está el mundo y éstas son "Nuestras Cosas".
Hasta la próxima.