Las convicciones que cada uno de nosotros tenemos y que en gran escala determinan nuestra manera de ser y al mismo tiempo dirigen nuestra conducta, es lo que llamamos: valores. Es entonces que nuestros valores están relacionados con nuestra actitud y nuestro comportamiento.
La existencia o carencia de valores en gran medida conforma y dirige nuestra forma de ser. Los valores se ordenan, es decir son clasificados de acuerdo al pensamiento o al criterio de cada uno de nosotros.
Los valores se aprenden desde temprana edad y es así que cada uno de nosotros le da su sello característico. Aunque todos sepamos por ejemplo que la honestidad es buena, aunque todos estemos convencidos que la honestidad es un valor preponderante, la interpretación que cada uno de nosotros demos a través de nuestra existencia será distinta.
De lo señalado, podemos desprender que los valores y su ubicación en un contexto pueden cambiar a la lo largo de la vida ¿significa ese cambio que los valores no sean buenos? No, los valores no cambian, precisamente el nombre de valores está relacionado con algo valioso, tal vez lo que podamos señalar es que a través del tiempo lo que cambia es la actitud de nuestros congéneres.
Pero así está el mundo y estas son “Nuestras Cosas”.
Garza Inocencio
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo.