En tesis doctoral, presentada por Celso José Garza Acuña en la Universidad Complutense de Madrid, España. Dice refiriéndose a los suyos…
En tesis doctoral, presentada por Celso José Garza Acuña en la Universidad Complutense de Madrid, España. Dice refiriéndose a los suyos: “A mi gente solidaria, amparada en la memoria de nuestro cronista de lo mejor de nuestros días, Celso Garza Guajardo, con amor de sangre” “Desde el fogón hasta la moderna estufa de gas, pasando por el emblemático armatoste de leña y de los molcajetes a las licuadoras, el olor de la humareda envuelve al resto de los aromas de la cocina neolonesa” Celso Garza Guajardo relató los ayeres de aquellas cocinas que aún están para muchos de nosotros en el recuerdo y que por lo tanto existen; aquellas cocinas que constituían una parte y a la vez el todo de aquellos tiempos idos.
Las cocinas y sus chimeneas, aquellas chimeneas construidas dentro del hogar para sacar el humo, aquellas cocinas con trasteros de madera, llenos de jarros, cazuelas, palotes, molinillos, y bajo la chimenea un montón de lena que se compraba por tercios y con muy pocas monedas.
Celso no solo se preocupó por hacer historia hablando de su gente, sino también de sus costumbres en el vestir, en el trabajo diario, en la preparación de los alimentos, en el saludo tempranero, en el aseo del frente de la casa, en el descanso en las mecedoras, en las diversiones, en las bodas, en los funerales, en los personajes folclóricos, en su religión, en sus procesos políticos, en las escuelas, en los medios de comunicación. Celso fue gran Historiador.
Pero así está el mundo y éstas son Nuestras Cosas.
Hasta la próxima.