Una cometa, o un papalote, como comunmente le llamamos, el viento fuerte y fuera de control, este juguete queda enredado en los cables de alta tensión de la energía eléctrica.
Cables que se encuentran a gran altura; los gritos por la importancia de no poder bajar su papalote y el llanto porque acaban de perder un juguete muy preciado para ellos.
Un albañil que laboraba en la segunda planta de una construcción con un barrote trata de bajar aquel cometa, no lo logra; toma entonces una varilla, aun sabiendas del riesgo, la varilla es atraída por la corriente eléctrica cuando está se encontraba a casi diez centímetros, una chispa y una enorme descarga de miles de voltios estremecen al cuerpo de aquel hombre.
Aquel hombre pierde sus manos y mitad de sus brazos, hoy sigue adelante con un puesto de revistas y periódicos.
Aquel hombre quiso bajar un papalote para unos niños, pensando quizás en sus propios hijos.
Pero así está el mundo y estas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.