¿Cuántas veces?
¿Cuántas veces alguien se ha enojado usted con alguien?
¿Cuántas veces ha dejado usted de hablarle a algún amigo?
¿Cuántas veces su orgullo ha podido más que la nobleza de su corazón?
Cuántas veces nuestra grandeza queda en el suelo, al no querer aceptar que nos hemos equivocado y erróneamente seguimos pensando que somo infalibles.
Muchas veces alguien nos ha decepcionado, en otras ocasiones nos han herido con sus palabras llenas de calumnias y observamos que la envidia le brota por los poros. Es entonces cuando desoyendo nuestro interior, empezamos a odiar, porque el odio querámoslo o no, es un humano sentimiento.
Justo es recordar que todos “podemos equivocarnos” y que la sencillez y la humanidad deberán estar por encima de la soberbia y la vanidad.
Perdonemos a los que nos faltan, para que otros puedan perdonar nuestros errores. Es poco el tiempo que el hombre vive sobre la luz de la tierra, vivámoslo amablemente.
Pero así esta el mundo y estás son Nuestras Cosas.
Hasta la próxima.