Hace tiempo que un grupo de amigos se reunían a jugar dominó en el negocio de Don Pedro Mireles, en la esquina de Treviño y Porfirio Díaz muy cerca de la Explanada de la “Manuel M. García”. Allí estaba aquel hombre de pensamiento claro y avanzado.
Los personajes que allí reunían no siempre eran los mismos, de allí que ésto le permitiera a aquel hombre hacer los mismos comentarios pero a diferente audencia.
Cuando a ese lugar llegaba una persona corpulenta, le decía: si yo ganara las próximas elecciones tú serías el Comandante. Cuando el aludido se retiraba y llegaba otro corpulento jugador, le señalaba tú estas bueno para mí Comandante.
Y así aquel hombre con gran sabiduría iniciaba su política, diciéndoles a muchos de sus amigos que serían Comandantes, a sabiendas de que Comandante tan solo había uno. Y ellos al llegar a sus casas ubicadas estratégicamente en el poblado empezaban la campaña en favor de aquel asunto político y aquel hombre ya tenía muchos votos a su favor y la Convocatoria aún no se dejaba ver, porque la política es de todos los días.
Pero así ésta el mundo y estás son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.