Esopo, fue aquel famoso fabulista cuyos personajes eran animales y tenían la peculiaridad de hablar.
Esopo y su fábula de la liebre y la tortuga; donde la liebre duerme y la tortuga camina hasta llegar a la meta.
En vida no podemos dividir a la gente en débiles o fuertes; tampoco en triunfadores o derrotados, en los que llegan o no a la meta.
Los podemos dividir entre los que aprenden y los que son reacios a aprender. Tenemos gente que aprende, gente abierta a lo que ocurre a su alrededor; gente que escucha y aprovecha las lecciones.
Estas personas no cometen dos veces la misma falta y hacen algo que funciona y se preocupan por mejorarlo.
En vez de preguntarnos si triunfamos o fracasamos; debemos interrogarnos si somos o no capaces de aprender.
Pensamos que Esopo escribió su fábula sólo para complacer a la tortuga.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.