Hoy la tecnología ha dejado atrás a las “postas”, si, aquellos lugares en que los jinetes cambiaban de cabalgadura, allí dejaban el caballo que traían y tomaban otro descansado y de esta manera la correspondencia dentro de las alforjas llegaba a su destino, al regresar de la misma manera iban dejando los caballos cansados en las “postas” y tomaban un caballo nuevo.
De la anterior manera se recorrían grandes distancias por los jinetes, ese era el correo de hace tiempo y de las “postas”, luego viene el nombre de Servicio Postal.
Hoy, el teléfono, el fax y el Internet han dejado atrás al correo.
Aquel correo que nos traía noticias de nuestros seres queridos, y a quienes nosotros contestábamos en un papel doble y lleno de renglones, que comprábamos en la tiendita de la esquina, junto con un sobre correspondiente, había que colocarle al sobre la estampilla; ordinaria, urgente o por servicio aéreo, éste último en sobres que traían los colores verde, blanco y rojo.
Hoy el Servicio Postal sigue cumpliendo su cometido, a pesar de que aquellas cartas familiares de hondo contenido o de aquellas cartas perfumadas de la novia, ya no lleguen.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.