Hace algún tiempo invitaron a un novelista a dar una conferencia a un grupo de jóvenes que tenían aspiraciones literarias y el conferencista de buenas a primeras les pregunta: ¿Cuántos de ustedes desean ser escritores? Y todos los asistentes levantan su brazo.
Y el conferencista les dice: ¿Y entonces que están haciendo aquí? No vengan a perder el tiempo, si quieren en verdad ser escritores, váyanse a su casa y empiecen a escribir.
Quizás aquel conferencista tuvo un trato rudo para con su auditorio, pero el mensaje era positivo y verdadero.
Si queremos llegar a ser algo, debemos empezar hoy. Si la futura esposa quiere brillar en la cocina, debe comenzar desde ahora; si queremos que nuestros niños aprendan a nadar, debemos arrojarlos al agua.
No podemos llegar a la cima, si no hemos empezado a dar el primer paso y a sentir en nuestros pies el filo de las piedras.
El comienzo es difícil siempre, pero la meta es halagadora.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.