Hace aproximadamente cincuenta y siete años, cuando por primera vez ingresamos a la escuela primaria, en aquel enorme salón de clases de la Escuela “Manuel M. García” donde aproximadamente medio centenar de chiquillos constituíamos aquel primer año, el bullicio era enorme, nos formábamos en largas filas por estatura para entrar al salón de clases, y en aquellos bancos duales nos sentábamos de tres en tres y algunos en el piso ante la falta de enseres escolares, pero con el ánimo de escuchar la sabia palabra de nuestra maestra.
De aquella maestra, que con su tesón enorme y admirable paciencia fue capaz de enseñarnos las primeras letras; la “a” de ala, la “e” de elefante, la “i” de indio, la “o” de oso y la “u” de uvas. Y donde después y gracias a su enorme dedicación fuimos capaces de leer la primera lección del libro “Oriente” en letra cursiva, aquella lección titulada “Mamá”; amo, malo, loma, lima, la loma, la lima, mi mamá me mima.
Van estas líneas con un reconocimiento a mi maestra de primer año, la Profra. Azucena Hinojosa Pérez y una felicitación muy efusiva a todos los maestros en su día.
Pero así está el mundo y estas son “Nuestras cosas”
Hasta la próxima.