Cuando en las actividades cotidianas, tenemos que hacer un alto para celebrar un minuto de silencio, en ese pequeño instante de tiempo, pasan por nuestra memoria de manera vertiginosa miles y miles de escenas relativas al acontecer anterior al suceso.
Cuántos deseos, aspiraciones e ilusiones quedaron truncas para siempre aquella mañana en el Tecnológico de Virginia.
Más de una treintena de jóvenes vidas, cargadas de esperanzas y sueños fueron segadas; cuántos corazones de madres y padre de familia laten hoy tristes y cuántas mentes hoy se rebelan ante lo ocurrido.
Pascal decía: “Que el hombre es una caña, la más débil de todas, pero que es una caña pensante” y precisamente allí en un lugar dedicado a la siembre y el cultivo del saber ocurre la catástrofe.
Desde hace mucho tiempo el hombre ha sido capaz de dominar a las fieras salvajes; y también desde hace mucho tiempo, el hombre ha sido, el lobo del hombre.
Pero así está el mundo y estas son Nuestras Cosas.
Hasta la próxima.