Hace años, tal vez muchos años, quizás tantos que no sabemos el número. Pero en aquella época en que el calor agobiaba en el verano a hombres y animales.
Eran escasas las lluvias, casi nulas, el aire quemaba los rostros y la piel. Aquel hombre y su hijo habían rentado algunas tierras para apacentar el ganado caprino que con mucho esfuerzo lograban sostener, los terrenos aquellos pertenecían a Don Fernando Viejo y se encontraba al oriente del caserío. El pasto para los animales casi no crecía por la falta de agua. Era una gran sequía, una sequía que abría los poros de la madre tierra.
Pero aquel día cuando padre e hijo regresaban al atardecer con el ganado para llevarlo a los corrales, y llegando a la Carretera Nacional se desata una gran tormenta, deslumbrantes rayos y relámpagos, aturdidores truenos y una lluvia abundante y pertinaz. Entre el descontrol en el rebaño, en aquel rebaño de cientos de animales, éstos buscan protección e invaden las instalaciones del Café “Power’s”.
Imgínese usted un café invadido por cientos de parroquianos cuadrúpedos. Los dueños y trabajadores del negocio, así como el tío Pancho Villarreal Garza y Margarito su hijo fueron testigos.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.