Todos meditamos siempre ante un cambio de Gobierno, y muchos les comentamos a los que nos rodean, “ojalá y que en este sexenio nos vaya mejor”.
Y con lo anterior tomamos las cosas con mayor optimismo; pero se requiere que se reduzca la pobreza y se acabe con el hambre, porque en la pobreza hay hambre, y con hambre y sin trabajo, o con hambre y con un salario que no alcanza para satisfacer las necesidades más elementales, los hechos delictivos se vienen a la alza.
La vida es una cadena, pero tenemos que encontrar el primer eslabón y a partir de allí reforzar los demás, en pocas palabras tenemos que analizar y llegar a las raíces de los problemas.
Se dice, que hay creado muchos empleos, que se han abierto muchas fuentes de trabajo, no obstante lo anterior, miles de conciudadanos continúan buscando nuevos horizontes y un mejor futuro con nuestros vecinos del norte.
La pobreza, la determinación, la falta de empleo, el salario, el costo de la vida diaria y más, atentan contra la dignidad de la persona.
Urge la creación de empleos; mano ocupada, mano salvada.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.