Allá en aquel barrio de nuestra niñez, en aquella época cuando la calle "Manuel M. García" se llamaba Treviño, entre Bravo y Victoria.
Allí donde se encontraba una fábrica de refrescos de sabores llamada "La Pureza", sí en ese espacio se embotellaban unos refrescos a los que nosotros llamábamos las "sodas chiquitas", en ese tiempo y en ese espacio la conocimos, cruzaba la calle una y otra vez, desde la acera de la fábrica hasta la casa de Doña Elvira quien era la esposa de Don Pedro González Gómez.
Muchas veces la oímos cantar acompañada del piano por Horacio González Valle y otras veces la vimos atenta y solícita ayudando a los vecinos en múltiples y variados menesteres.
También, estamos seguros, que muchos hombres y mujeres hoy adultos la han de recordar, cuando iban al Jardín de Niños, aquel Jardín dirigido por la maestra Rosa Norma Morton Martínez.
En aquel Jardín de Niños ubicado en la planta baja de la Logia Masónica, allí trabajó por mucho tiempo; hoy recordamos con afecto a esa gran mujer llamada Guadalupe Morales.
Descanse en Paz.
Pero así está el mundo, y éstas son "Nuestras Cosas".
Hasta la próxima.