No puede el buen árbol,
Llevar malos frutos;
Mas el árbol maleado
Este si puede darlos.(Mat 7.18)
El final de la calle Porfirio Díaz al Sur termina en las riveras del rio Sabinas.y ya parado ahí, puedes ver el vado que te conduce a Bella Vista, luego si estiras la vista, ves el inicio de una calle grande que más que una calle es una avenida, la avenida Emilio Hernández H. pero… ¿Quién fue esta persona? Las escuelas de la primaria o de la secundaria nunca nos enseñaron acerca de este hombre… se preguntaran las nuevas generaciones, pues he aquí una breve semblanza de este honesto y honorable persona, que llegó a Sabinas Hidalgo muy joven, sin haber cumplido los veinte años, dedicó años al servicio público municipal aquí, había nacido en 1872 en Ciudad Victoria Tamaulipas, siendo sus padres Don Secundino Hernández y de Doña Refugio Herrera.
El joven Emilio habría llegado al pueblo, entre las caravanas que llegaban a presentar obras teatrales en el antiguo teatro Zaragoza frente a la plaza principal.
Se casó con una Sabinense cuyo nombre llevó en vida Tomasita Muñoz. Se quedó a radicar, aquí procreó siete hijos… un hombre bueno.
La comunidad Sabinense le otorgó su nombre a una de las calles de su barrio (Bella Vista), allí por la calle donde él siempre vivió. En sus tiempos colaboró en la presidencia como oficinista (Escribano), más algunos cargos en la presidencia. Se puede anotar como una labor parecida, a la que en años posteriores, han desarrollado algunas otras personas… como las del inolvidable Sr. Manlio Perales G. o la que hoy en día desarrolla el Sr. Abelardo Rodríguez G… claro con todas las proporciones guardadas.
Antes de que los traslados de dominio fueran movilizados a la ciudad de Villaldama, se escrituraba aquí en Sabinas Hidalgo y Don Emilio tenía la ardua labor de anotar y llevar el control de todos los nuevos escrituras o adquisiciones que se llevaran a cabo en la Villa de Sabinas Hidalgo. Lo que le favorecía a Don Emilio, era de que, aparte de ser una persona ordenada, él sabía leer y escribir. En una época de gran analfabetismo. Son épocas donde también se quedó por aquí Don Pedro Maldonado, instalando la primera Imprenta en el pueblo.
A finales del siglo XIX, existía una Sociedad Mutualista, llamada Hidalgo que tenia sus reuniones por la calle Juárez entre Bravo y Victoria. precisamente este terreno había sido adquirido a la señora Doña Josefina Aguilar Viuda de Rodríguez. La sociedad aquella realizaba una labor fraternal y cultural, tocando temas de la metafísica y filosofales. El grupo estaba formado por intelectuales de la época y hasta el propio cura del pueblo Don José Ma. Rodríguez los acompañaba. Entre los miembros de la sociedad figuraba Don Emilio Hernández H. algunas otras personas de esa época y miembros de dicha sociedad eran el Dr. Román Garza G., Anastasio Castillo, Jesús Elizondo, el Profesor Margarito Martínez Leal, Manuel M. de la Garza, Carlos Morton, Carlos Ramos, Anselmo Garza, José Flores González, Fidencio Garza Flores, Pedro González Gómez.
Cuando se hacen los traslados de dominio para construir la logia masónica (1932) precisamente en los terrenos que ocupaba aquella lejana y olvidada Sociedad Hidalgo, Don Emilio es propietario del terreno, junto con Don Simón Leyva y Don Amado Villarreal Garza, únicos sobrevivientes de aquella sociedad. Construyen la logia y él es nombrado tesorero por el resto de su vida.
Me ha tocado leer por fortuna una carta emotiva, firmada por un alcalde de su época el Señor Melchor Ancira (1917) en donde exalta a su persona y le hace constar de que Don Emilio siempre ha sido Honrado y Honesto.
Llegaron los cambios a la Villa, la carretera nacional (1928), La ampliación de la plaza principal, (1935) Tumban el teatro a mitad de la plaza, esto le debió de haber causado nostalgia a Don Emilio que era ya un hombre viejo y cansado, que se retira a su casa. Pasando el río. Con su figura encorvada. Con todo el peso de los años y sus nostálgicos recuerdos a cuestas…murió Don Emilio, dice el Libro de Oro de la Logia Obreros de la Luz…
Dejo este mundo terrenal para ir a ocupar
su columna del eterno oriente
un jueves, veinte y tres de Abril del año
de mil novecientos treinta y seis
Siendo las diez y nueve horas
Sus restos los depositaron en el panteón municipal de Sabinas Hidalgo, Lejos de los de sus padres…Aunque aquí hay una legión de familiares que todavía lo recuerdan… Ver Mateos (7:18)
Fuente: Archivos de la Gran Logia O. de la L. No 32