Fue una esposa atenta para resolver las necesidades de su esposo e hijos y muy sensible para ayudar a los mas necesitados, recordando las muchas ocasiones cuando su marido le pedía la preparación de algunos alimentos para llevárselos a los campos de cultivo y ofrecérselos a sus trabajadores quienes saboreaban esas ricas y deliciosas comidas preparadas con mucho amor por Doña Socorro, correspondiendo ella y Don Rodolfo a la buena disposición de sus trabajadores.
La religión que siempre profesó fue la católica y era una asidua asistente a la iglesia "San José", siendo por muchos años integrante del coro donde los feligreses se deleitaban al escuchar su dulce y melodiosa voz que ella emitía con mucha alegría y de todo corazón.
A todas sus nueras las apreció y estimó, aún a pesar de que algunas de ellas profesaban otra religión, respetaba siempre esas diferencias religiosas, haciéndolas a un lado, preservando la armonía con cada una de ellas como una forma inteligente de mantener unidas las familias de sus hijos que era lo mas sagrado para ella.
El haber sido católica influyó mucho en la conducción de su vida, pues era amable, atenta y respetuosa con todos sus vecinos; a sus familiares y muy especial a los sobrinos por parte de su esposo, siempre los recibía con los brazos abiertos, con la sonrisa a flor de labio; por eso fue siempre querida y admirada por cada uno de ellos.
Por cuanto a sus hijos, uno a uno los vio abrirse paso en la vida bajo la dirección de ella y su esposo; fue así como Rodolfo y Raúl Mario, cursaron en la Universidad la carrera de Derecho en la Facultad de Leyes. Por lo que se refiere a José Luis, éste hijo platicó amablemente con sus padres expresándole que no tenía la intención de estudiar y que deseaba de inmediato ingresar al mercado laboral, por lo que con gusto lo apoyaron en su proyecto para lo cual le consigueron un tractor con sus implementos de labranza, esto a través de un financiamiento y así se fue a la primera aventura de su vida al trasladarse a los campos de cultivo de Ciudad Anáhuac, donde con el primer pago recibido por la maquila de esa máquina, recibe sus primeros ingresos y esa fue la base para convertirse el día de hoy en un próspero comerciante dedicado a la compra, engorda, venta y exportación de ganado vacuno.
Armando fue el tercer hijo de la familia, en los primeros años de su juventud, emigró a los Estados Unidos de Norteamérica, residiendo por espacio de cinco o seis años en el estado de California, para después regresar a Sabinas Hidalgo, estableciendo un negocio de carne seca del cual vive actualmente. Martha Guadalupe, única mujer de este distinguido matrimonio, luego de haber concluido sus estudios, se dedicó a trabajar en lo que anteriormente fue el Banco Nuevo León para posteriormente contraer matrimonio con el joven Ricardo Peña González, quienes viven felizmente casados. Roberto, el menor de la familia, actualmente se dedica con éxito a la transportación de productos refrigerados entre Monterrey y Nuevo Laredo, habiéndose iniciado en esta actividad con una primera unidad motriz que con sacrificios y ayuda de sus hermanos logró adquirir.
Doña Socorro, así vio como sus hijos se fueron abriendo paso en sus respectivas vidas, unos mejor que otros pero de lo que también se enorgullecía mucho fue el hecho de que su hijo primogénito, Lic. Rodolfo, se desempeñe desde hace muchos años como un prestigiado Notario después de haber ocupado varios cargos públicos y de que uno de sus menores hijos, Lic. Raúl Mario, ostente el cargo político mas importante del municipio, el de ser por méritos propios el Presidente Municipal de Sabinas Hidalgo, no sin antes haber sido en dos ocasiones Secretario del Ayuntamiento y Diputado Local por el XXI Distrito Electoral.
Por esto y por mucho mas, Doña Socorro al morir, recibió tranquila y sin desesperación la muerte, iniciando con ello la partida de su infatigable espíritu hacia el cielo, donde seguramente un coro de ángeles la estaban esperando para llevarla ante la presencia de Dios; por ello uno de sus hijos comentó que su madre había sido premiada con lo que los humanos decimos: “Recibió la muerte de los justos en los últimos momentos de su vida como un merecido reconocimiento a su fructífera y exitosa existencia". Descanse en paz la siempre amada y bien recordada esposa, madre, abuela, bisabuela y tía, Doña Socorro Garza de Mireles.
Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo.