Lejos estaba de pensar que con el correr de los años se convertiría en uno de los mejores maestros de nuestra siempre bien amada "Cara Aldea", pues al concluir su educación primaria se inscribe en la Academia Comercial "México", escuela dirigida por el Profr. Blas Ruvalcaba y que estuvo ubicada en varios locales para terminar en la antigua casona situada en la esquina noreste de las calles Escobedo y Mina, donde hasta hace poco albergaba una notaría pública.
Estos estudios los realizó en el período comprendido de 1945-1948 y fue precisamente que al graduarse es llamado por el Profr. Francisco J. Montemayor, director de la Escuela Primaria "Manuel M. García", para que se hiciera cargo de un grupo de segundo grado, encargándoselo para que lo cuidara, según expresión del maestro "Panchito".
Así transcurrieron varias semanas cuando de pronto se da cuenta de una gran noticia para Sabinas Hidalgo en el área de la educación: la fundación de la Escuela Normal "Pablo Livas" y atendiendo la invitación, fue como se inscribió en esta naciente escuela, pasando a formar parte de los alumnos fundadores e integrantes de la primera generación; pero al transcurrir los estudios de tres años, se encontró con el inconveniente de no poder titularse en ese año de 1951, dado que carecía de los estudios de educación secundaria. Esto no lo desanimó, por lo contrario, sacó a relucir su enorme voluntad de superación, por lo que se inscribió como alumno en la Escuela Secundaria "Profr. Antonio Solís", presentando a título de suficiencia los dos primeros grados ya que el tercero lo cursó en el Instituto de Capacitación para el Magisterio, ubicado en la ciudad de Monterrey, asistiendo los sábados y en el período vacacional de julio y agosto. Se vio en la necesidad de hacerlo de esta manera ya que continuaba siendo maestro empírico y no le era posible asistir como alumno regular a la escuela secundaria.
Al obtener su certificado de secundaria, acude en el año de 1955 a la Escuela Normal "Pablo Livas", presentando ante el director de la misma, Profr. Eugenio A. Solís; su solicitud para el examen profesional, logrando al fin en ese año, su anhelado sueño, el de ser un maestro titulado; iniciando a partir de allí, su extensa y fructífera carrera como un verdadero profesional de la educación, que tantas satisfacciones le dio y que al conversar con él, irradia alegría y muchas nostalgias de esos encantadores años de su fecunda existencia y que a pesar de su seriedad y recia personalidad; por momentos sus expresiones se entrecortaban, quizá porque le ganaba la emoción al hacer alusión a sus múltiples y variadas vivencias en esta noble y bella profesión a la cual se supo entregar en cuerpo y alma, con esa vocación que a cada instante practicó en su diario peregrinar dentro del campo de la educación.
Hoy, que tengo la oportunidad, me complace y congratulo de escribir, aunque sea en forma sencilla, los datos biográficos más sobresalientes de quien fuera mi maestro de Física e Historia de Nuevo León, en la escuela secundaria; porque para mi representa una excelente oportunidad de agradecerle y honrarlo en vida, haciéndole sentir mi respeto, aprecio y admiración, como seguramente muchos de sus ex-alumnos, así lo han de pensar.
Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo