La vocación es una cualidad que debiera ser inherente al desempeño de cualquier profesional en el ejercicio de su diario trabajo, para convertir así a éste en una actividad placentera, pudiendo realizarlo con alegría y devoción; recibiendo como resultado de tal proceder, la gratitud y reconocimiento por parte de la sociedad en general; acudiendo en estos momentos a mi memoria las palabras certeras que con mucha gracia nos expresaba en una de sus muchas cátedras el laureado y ameritado maestro sabinense, Jorge Mascareñas Valadez, al decirnos: "Me gusta mi trabajo y de pilón me pagan".
Mis anteriores comentarios tienen mucha relación con lo ocurrido a mi esposa, Sra. Apolonia Vázquez de Arrambide y a un Servidor a principios del presente año (2011); al tener la necesidad de atención hospitalaria para efectuarle a mi cónyuge una delicada intervención quirúrgica. Para tal efecto, días previos me entrevisté con el director del Hospital Regional de Sabinas Hidalgo, Dr. Rosendo Chapa Contreras, recibiéndome como es su costumbre, con mucha amabilidad y sinceridad, a la vez que me daba la confianza de que todo iba a salir bien, dado que esa institución cuenta con un excelente y responsable equipo de médicos, otorgándome la opción de elegir de entre ellos al que yo decidiera. Como todos esos médicos cirujanos son muy buenos, de pronto me encontré con la dificultad de elegir a uno de ellos, dicidiéndome finalmente por el Dr. Benito Omar Rodríguez Salinas, hombre noble, justo, educado, pulcro en su manera de ser y con la paciencia necesaria para escuchar al paciente sin desesperarse. Llegado el día y la hora de la operación, me quedé en la sala de espera, hasta que por fin, después de aproximadamente mas de una hora, veo salir del quirófano al Dr. Benito Omar Rodríguez Salinas, de inmediato se me acerca y me da la grata noticia de que todo había salido perfecto, sin ninguna complicación, por lo que le dí el mas sincero de los agradecimientos y se despidió muy contento con la satisfacción de haber cumplido una vez mas con su noble profesión de ser médico al servicio de sus pacientes quienes le depositan su confianza en forma ilimitada.
Días después, al concluir una consulta a mi esposa en su consultorio, volví a darle las gracias por su excelente trabajo y le dije: ¡Ojalá todos los médicos fueran como Usted!, contestándome con mucha humildad: "Muy amable profesor".
Desde esta columna, vaya mi gratitud, admiración y reconocimiento para los doctores: Rosendo Chapa Contreras y Benito Omar Rodríguez Salinas, los dos poseedores de grandes virtudes como la vocación, educación, responsabilidad, gran carisma que los caracteriza y su fiel cumplimiento al juramento de Hipócrates, llamado el "Padre de la Medicina".
Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo