En este día de las madres, felicidades a todas mis maestras
Uno de los campos profesionales en los que las mujeres más han avanzado y han logrado importantes metas es la educación.
Educere es una columna semanal del Lic. Santiago A. Vara Perrone que trata de temas relacionados con el estudio del fenómeno educativo.
El término educere viene del idioma latín, significa conducir y es el origen etimológico de la palabra educación.
Uno de los campos profesionales en los que las mujeres más han avanzado y han logrado importantes metas es la educación.
Los niños son el futuro. Si esperamos solucionar los principales problemas del mundo: alcanzar la paz mundial, vidas saludables, desarrollo económico y sostenimiento global, debemos proveer a los niños del mundo con ricas oportunidades de aprendizaje. Una población educada y creativa es, sin duda, el mejor camino hacia la salud global, la prosperidad y la paz.
La amenazadora frase “la letra con sangre entra” aunque nos parezca inconcebible, era tomada literalmente por muchos educadores del siglo pasado. Las relaciones sociales y por añadidura las relaciones escolares eran muy distintas a las actuales. Albert Camus (premio Nobel de literatura 1957) relata en sus memorias que uno de los personajes que más influyó positivamente en su formación personal fue su maestro de primeras letras a quien admiraba y respetaba y, que sin embargo aplicaba una férrea pero homogénea disciplina basada en fuertes golpes de los cuales el mismo Camus fue víctima; no obstante el mismo agrega: “…estos castigos eran aceptados sin amargura pues casi todos recibían golpes en sus casas y el correctivo nos parecía un modo natural de educación.”
En el año 2003 un grupo de intelectuales convocados por la revista Nexos y encabezados por Gilberto Guevara Niebla reeditan en el “Fondo de Cultura Económica” un libro titulado “La Catástrofe Silenciosa”. Su finalidad era reportar de una manera global el estado de la educación en México y anticipar los desafíos a los que se enfrentaba un recientemente modernizado Sistema Educativo Nacional. Si bien la obra es por demás interesante y se presta a un detenido desglose, en esta ocasión quiero hacer referencia al título de la misma. El hablar de una “Catástrofe Silenciosa” en educación nos ilustra sobremanera la realidad cotidiana de nuestras aulas.
Los ataques terroristas en Nueva York y en Madrid, la invasión estadounidense a Irak y los constantes ataques suicidas de las “fuerzas rebeldes” hacia sus supuestos “libertadores” y los constantes actos de violencia en nuestra región, nos remiten invariablemente a sopesar el odio que es capaz el ser humano de manifestar hacia sus semejantes.
Los profesores son uno de los agentes decisivos para elevar la calidad de la educación. Los propósitos educativos se cumplen en la medida que el docente emplea, en su trabajo diario, los recursos adecuados para la enseñanza. Por lo general, donde existe un buen maestro, los problemas escolares son menos graves. La intención no es asignarle una responsabilidad única, dado que ésta debe ser compartida con las autoridades, directivos, padres de familia y alumnos.
La educación es un derecho. Ante esta simple y llana afirmación es patente que el referido derecho crea una serie de responsabilidades y obligaciones que incumben a todos los miembros de la sociedad. No es posible mantener la idea de que la solución a los problemas educativos compete únicamente a los maestros, a los funcionarios educativos, ni al grupo político en el poder. El tema educativo es responsabilidad de todos, ya que los beneficios de educar e instruir a las nueva generaciones se derraman sobre el conglomerado social y en ocasiones parecería que a éste no le toca asumir responsabilidad alguna.