Felicidades maestros

Editoriales

Enseñar e inspirar, además motivar a la superación intelectual es tarea de titanes, ellos son los maestros quienes celebran hoy su día, con la admiración y respeto que se merecen.

Para todos y cada uno de los dueños de una pedagogía natural, maestros de y con oficio, formadores de vocación, muchas felicidades.

Si instruir no es nada fácil, educar es una tarea enorme, se puede catalogar como heróica y si bien es cierto que la educación se mama o viene de la casa, el maestro hace hasta lo imposible en muchas ocasiones, por desarraigar hábitos o formas de ser no muy acordes con el lugar que pisa.

De pequeños se nos dice que hay que ser educado, sin embargo, ¿quien determina qué es una buena educación? porque hay que aclarar, saber no es educar y educar no siempre exige formación universitaria.

De allí nacen esos héroes, los maestros de la vida, los que no poseen un título, no están en la nómina y con palabras sencillas, el corazón por delante y frases sabias te mandan a reflexionar si eres reflexivo, porque muchos los mandan por un tubo calificándolos de locos y navegan en el anonimato.

Un instructor nos satura de datos para hacer muchas cosas; un profesor avanza en esas mecánicas del saber; un maestro nos educa.

Porque no es lo mismo, un instructor que nos enseña a manejar un tractor, a un profesor que nos provee de conocimientos para progresar científicamente o un maestro que logra tocar el profundo deseo para que el prójimo sea mejor, ame la justicia y busque la verdad.

De lo anterior todo es muy loable, seamos instructores de nuestra mente, profesores de nuestra voluntad y maestros cultivadores de la verdadera educación, lo que hace brotar el amor hacia los grandes valores.

En fin, los instructores, profesores o maestros de las aulas, hacen hasta lo imposible por sacar adelante a nuestra niñez y juventud, merecen una felicitación, y por qué no, un presente que simbolice el reconocimiento y más que todo el apoyo de los padres de familia, porque no se vale dejarlos solos, ellos hacen su tarea, a nosotros nos corresponde el resto para felicitarnos mutuamente.

P.D. Felicidades a mis queridos y siempre recordados maestros de primaria donde quiera que se encuentren, Emma Guadiana, Romanita Contreras, María Elena Román, Rolando Mercado y Francisco J. Montemayor; y a todos y cada uno de los maestros de la vida, los que dan la mano con franqueza y brindan su experiencia sin pedir nada a cambio. Muchas gracias.