Hablar de política es un tema tan interesante el cual nos puede traer muchas complicaciones y contradicciones. Regularmente se dice o consigna que hablar de política, religión y futbol, son las cosas más difíciles de tratar y de conciliar. Tal vez porque se piensa que la política es una actividad ruín y mezquina que tiene la intención de obtener el beneficio particular. Entre ellas sobresale el concepto típico del mexicano, de que la política es el arte de “hacer enemigos de “a deveras y amigos de a mentiras”. También la política es una actividad en todo está permitido, en dónde prácticamente se echa mano de todo lo que tenemos al alcance, aunque sean actos ilícitos e ilegales para sacar un exclusivo provecho personal. La política es como la guerra y en el amor en donde todo se vale.
Fidel Velásquez, quien fuera dirigente de la Confederación de Trabajadores de México decía que la política es la forma de comer cosas feas y seguir pidiéndolas aunque provoquen repulsa. También a manera de previsión, alguien decía que en política, nunca pises a una cucaracha, porque esa cucaracha puede llegar a ser tu jefe el día siguiente. De igual forma, política es considerada como un recurso eficaz para obtener un buen puesto, recibir un salario decoroso y vivir sin esfuerzo alguno. Por aquello de que se dice que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, tal y como una vez lo sentenció el tuxpeño César Garizueta. Es la forma de vivir como tlacuache y que es la mejor frase con la cual se sintetiza el verdadero sentido del sistema político mexicano. En ésta vida se consigue lo que se negocia y no lo que se merece.
La palabra política, tiene su raíz etimológica en el concepto polis que significa ciudad. Político era aquel que participaba en asuntos de la polis o de la ciudad y quien no participaba era considerado un idiota. Hoy en día, la política es la actividad ejercida por aquel que participa en una función directiva de la comunidad o de la actividad de quien aporta algo a la vida colectiva. Según Max Weber, por política se entiende, la aspiración a participar en el poder público o a influir en la distribución del poder entre los distintos estados o grupos que la componen.
En sí, la política nace de los derechos de las personas que viven en una comunidad, las cuales se organizan para buscar el bien común. Juan Pablo II afirmaba que esa unión surge para garantizar y fomentar la promoción integral de la persona y de la sociedad de acuerdo a sus propias exigencias y necesidades. Como esfuerzo de la comunidad social por alcanzar sus formas determinadas de vida social, para la realización humana de sus miembros.
Entonces de la política se desglosan dos cosas: el bien común y la búsqueda del poder. Por bien común entendemos el conjunto de aquellas condiciones de la vida social, con las cuales los seres humanos, las familias y los organismos, pueden lograr con mayor plenitud su perfección. Por ello el centro del bien común es la persona, a través del respeto a su dignidad, sus exigencias y derechos, que por norma deben ser protegidos y estimulados y a la vez promovidos por responsabilidad mutua de todos aquellos que vivimos y formamos una “polis”.
La política es tarea concreta de una comunidad, en el empeño comunitario por lograr condiciones objetivas, en la realización de actividades que propician la perfección integral en la creación de condiciones objetivas que propician la perfección integral de la sociedad y de los hombres, a través de una adecuada educación, excelentes servicios de salud y vivienda y un empleo bien remunerado.
Acabo de describir la intención de la política en sentido amplio. Pero la política como búsqueda del poder, tiene que ver con el ejercicio y la distribución del poder como factor unificante de la sociedad para lograr el bien común, por una necesidad sentida de cohesionar a la sociedad y como medio de construcción específica y concreta, de los medios y modos para alcanzar el bien común, a través del orden, la justicia, la afirmación y disfrute de los derechos y obligaciones, además del mantenimiento de la paz y de la concordia necesarias para alcanzar la felicidad de todos los que formamos una sociedad.
En este sentido, la política es una actividad específica que concierne a la organización del Estado en cuanto poder público para afianzar y mantener el control a través del mismo, ya sea mediante elecciones libres y organizadas, invitando a los ciudadanos a ser partícipes del poder que ostentan, buscando organismos a través de los cuales se acceda al poder. Es la política partidista
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina