Estimadas amigas, les escribo con la siguiente razón: el pasado lunes 6 de febrero se reunieron con compañeros cronistas municipales de Nuevo León, a decir verdad diez de ellos, todos ellos ilustres hombres de bien, compañeros solidarios en el rescate y difusión de nuestra memoria e identidad histórica. Las felicito por tomarnos en cuenta, indudablemente. No fui convocado y por ello quiero exponerles a nombre de los cronistas municipales de Nuevo León, algunas ideas en torno al papel del cronista y de la autoridad.
Urge que los cabildos y los alcaldes consideren a sus cronistas como personas preocupadas en el ámbito de la historia y la cultura. Parafraseando a un humilde carpintero quien dijo hace dos mil, que su reino no es de este mundo, pero que no obstante, estamos en en este mundo y atendemos la parte espiritual e intangible de nuestros pueblos, como lo son sus intereses, emociones, su memoria, su identidad y todo aquello que forma parte del patrimonio tangible como intangible. Pedimos respeto por nuestro quehacer, que no nos traten como funcionarios de tercera o cuarta categoría. No somos enemigos de ellos y no queremos reflectores que opaquen su trabajo.
Que las autoridades a las que servimos, cuiden, protejan y promuevan el desarrollo. ¿De qué sirve salir a defender una casa que van a destruir, si en ello nos jugamos nuestro nombramiento y hasta nuestro sueldo? Se dice que un cronista no debe percibir sueldo porque queda amarrado y condicionado con quien paga. ¿Y si no recibimos sueldo?, ¿Eso nos convierte en cronistas de medio tiempo y a modo de las circunstancias? Yo personalmente me siento incómodo cada tres años, por que no sé como llegar con el candidato triunfante. ¿Y si no me acerco o me hice amigo de quien finalmente perdió? Bueno, no faltará un funcionario que diga: ¿No le hablamos porque él no viene?
En Coahuila por ejemplo, su exgobernador les mandó a cada cronista una computadora. El sueldo nunca llegó, pero si al menos la simpatía y la consideración de alguien que quiere a la historia. Porque Ustedes como representantes populares deben gobernar de cara a la historia y no de espaldas a ella. Nosotros en cambio, debemos formar y provocar que otros continúen en nuestra labor, que es la de amar y querer a nuestros pueblos. Por ejemplo, nuestra Asociación Estatal de Cronistas Municipales de Nuevo León José P. Saldaña, A.C. la cual presido en este momento, cumplirá 25 años en mayo y debemos buscar ya el relevo generacional.
Nuestro trabajo habla por nosotros. Y en todo ello va en juego el amor a nuestras raíces, a pregonar la ventura y al orgullo de formar parte de una tierra que regularmente se porta reacia a nuestra labor. Porque nuestros hermanos de tierra, siempre nos echan de que somos como quijotes anclados en el pasado, porque creen que vivimos en él y no somos parte del tiempo que nos toca vivir. Por eso es bueno que nos ayuden a publicar nuestros libritos y no estemos batallando para ver quien nos hace el favor de editarlos.
Es muy difícil ser cronista, aunque trabajemos mucho, publiquemos mucho y difundamos mucho el orgullo de nuestra historia y memoria. Me hubiera gustado saludarlas, porque considero que ambas son dignas candidatas a representarnos y ojalá nos sigan convocando cuando ya estén en el Senado. Pero no a unos cuantos, recuerden que son 51 cronistas, uno por cada municipio de Nuevo León.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina