En 1792, siendo obispo de la Diócesis de Linares, don Ambrosio de Llanos y Valdés, promovió la apertura de una institución educativa en la cual se prepararan los pastores como aquellos ciudadanos en necesidad de formación. Luego en 1826, obtuvo reconocimiento de parte de la Universidad de Guadalajara para impartir grados académicos, en especial en ambos derechos, tanto el canónico como el civil.
En el ataque e invasión norteamericana en el verano de 1846, fue cerrado el Seminario de Monterrey y con ellos, la cátedra de derecho, a partir del 4 de julio de 1846 y la segunda a partir del 28 de agosto de ese año. Fue reabierto hasta el 4 de noviembre de 1848. Lo singular del caso, es el hecho de que los alumnos del glorioso plantel, cuna de la educación en el noreste mexicano, participaron en la defensa heroica de la ciudad entre el 19 y el 23 de septiembre de ese año.
Ya hubo quien los comparó con los “Niños Héroes de Chapultepec”. Muchos de ellos rondaban ya los 20 años. Ciertamente en esos aciagos días, 81 alumnos inscritos en los cursos de gramática o derecho, al ver la desigual e injusta campaña, decidieron dejar los libros y las sotanas, para empuñar las armas y defender su tierra y su nación. El listado fue publicado por Pablo Ramos y Ahmed Valtier y la información de algunos de ellos, se obtuvo en el Diccionario biográfico de Nuevo León de Israel Cavazos y una obra del padre José Antonio Portillo.
A decir del doctor Pablo Ramos, uno de los principales promotores para que se reconozca la importancia y el valor de quienes participaron en la batalla de Monterrey: “inumerables muestras de patriotismo ocurrieron en el suelo regiomontano en el verano de 1846, ante el tenor de que su ciudad fuera invadida y atacada por el ejército americano que ya había tomado posición de Matamoros y Reinosa y se dirigía con 6500 soldados y voluntarios a suelo nuevoleonés. El sábado 6 de junio, un grupo de jóvenes regiomontanos, solicitaron permiso a su tutor para tomar entrenamiento militar para defender a su patria”. Ante la solicitud, el gobierno eclesiástico de la antigua Diócesis de Linares, aprobó la licencia solicitada por los alumnos del Seminario de Monterrey.
Y estos fueron sus nombres: Juan Antonio Rodríguez. Lorenzo de León, nacido en 1823. Desde 1851 hasta 1883 fue cura en la parroquia de Villa de Santiago en donde descansan sus restos mortales. Cristóbal Cavazos, Cresencio Guzmán, Miguel Fuentes, Mariano Guerra, Tomás Crescencio Pacheco, nacido en Cadereyta en 1825. Se inició como escribano en juzgados locales. para 1842 estudiaba filosofía. Fue notario por más de 30 años y director del Colegio Civil entre 1878 y 1879. Murió en Monterrey en 1914.
Tomás Flores, en 1844 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Viviano de la Peña Berlanga, en 1844 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Francisco P. Valdés, de Linares, Nuevo León, en donde nació en 1826. Se graduó de abogado en el Seminario de Monterrey y ejerció la abogacía en su lugar natal. Fue diputado al Congreso de la Unión. Maestro en el Colegio Civil y magistrado y murió en Linares en 1881. Francisco Benítez, en 1844 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Se le otorgó título de Mayordomo de la fábrica del Pueblo de Hualahuises el 23 de abril de 1856.
Pablo Borrego, en 1844 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Fue segundo vocal del Tribunal Municipal de Monterrey en 1852. En 1851 señalaba ante la secretaría del Seminario de Monterrey, haber interrumpido sus estudios debido a la invasión americana. Manuel Flores quien 1845 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes.Estaba inscrito en los cursos que el Seminario de Monterrey mantenía como extensión en Saltillo, el padre Manuel Serapio Flores Gaona, cura de China junto con su compañero el padre Ramón Martínez. Fueron sus maestros el Lic. Antonio Valdés Carrillo.
Ignacio Treviño, en 1844 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Magistrado en la Tercera Sala del Poder Judicial de Monterrey. Francisco Mier, de Monterrey, nacido en 1825. En 1942 estudiaba filosofía. Se graduó como ingeniero agrimensor en 1852. Fue maestro del Ing. Miguel F. Martínez y falleció en Monterrey en 1897. Francisco Echartea, en 1849 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes.
Luis de la Garza y Garza, Manuel Cuéllar, Manuel Barbosa, Antonio Leal, Pedro de la Garza Falcón, Francisco García, Melchor Guzmán, Antonio Guzmán, Marcos Rodríguez, Manuel Rodríguez, Andrés Lozano, Encarnación Leal. Ignacio Galindo, originario de Morelos, Coahuila en donde nació en 1829. Abandonó sus estudios debido a los prejuicios que sufrió su familia durante la invasión norteamericana. No obstante se graduó como abogado en 1856. Fue diputado al Congreso del Estado entre 1857 y 1860 y constituyente en 1856-1857. Alcalde de Monterrey en ese año y regidor en 1873. Murió en Monterrey en 1894.
Melitón Polanco, Pablo García, Anastasio González, Luis Elosúa, en 1852 estableció una escuela de dibujo en la cual daba cabida a alumnos sin recursos. Francisco Ballí, Cristóbal González, Antonio Gómez. Simón de la Garza Melo, nacido en Monterrey en 1828. Obtuvo el título de abogado en el Seminario de Monterrey en 1856. Fue diputado, senador, militar y distinguido intelectual. Falleció en 1875. Felipe de la Garza, en 1848 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes.
Antonio Quintanilla, Trinidad González, Agustín Ballesteros; no sé si sea el mismo, pero había un Pedro Agustín Ballesteros, quien en 1833 era juez de circuito en Monterrey y murió en la ciudad de México en 1852 siendo senador.Vidal Pérez, en 1849 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Cenobio de la Garza y González, en 1849 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes.
Desiderio Jiménez, Jesús Fernández, José María Garza, Francisco Antonio Sánchez, Leonardo Garza, Rafael Ramos, ¿será Rafael Trinidad Ramos quien en 1848 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes? Jacinto Ramírez, Miguel Garza Chapa, Pedro García Cavazos, Ambrosio Ramírez, Ambrosio García Delgado, Antonio Garza Garza , Leandro Treviño, ilustre sacerdote quien ocupó diversos cargos con el obispo Verea, a quien acompañó a Puebla en 1879, en donde murió en 1891.
José María Garza, Tomás Treviño, Luis Quintero, Vidal Garza. Guadalupe Martínez, en 1859 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Fue diputado local entre 1869 y 1871. Francisco González, en 1844 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes. Y en 1855 para estudiar teología. Eusebio Cantú, Jorge del Bosque, Francisco García Corral, en 1849 se hallaba inscrito en los cursos de cánones y leyes.
Jaime Martinez, Juan N. Cavazos, Emilio García, Juan F. de León, Juan N. de Arizpe, Esteban García Dávila. Antonio Sepúlveda, ordenado sacerdote, fue párroco en Guadalupe y General Terán. Autor de una Novena en honor al Cristo de la Expiración en 1863. Anastasio Reyes, presbítero, inscrito en los cursos de teología en 1854. Joaquín Castillón, regiomontamo que después se distinguió como militar durante la intervención francesa. Murió en Nuevo Laredo en 1876 siendo administrador de la aduana. Indalecio Vidaurri, probablemente hijo de don Santiago Vidaurri. Victoriano Dávila, Mariano García, Domingo Guzmán, Carlos Gobela, Felipe Mier, Manuel Castillón.
Para todos ellos, un laurel de victoria y un sepulcro de Gloria en su honor.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina