En la formación de grupos de control y poder regional, Tamaulipas fue escenario de las rivalidades de varios grupos durante el siglo XIX. Al principio predominaron los grupos de poder de los hermanos José Bernardo y José Antonio Gutiérrez de Lara, originarios de Revilla, actual Guerrero Viejo. Estos fueron desplazados por los hermanos José Eustacio, Francisco Vital y Lucas Fernández. De hecho, el primer gobernador constitucional fue Lucas Fernández.
Estos tenían como rivales al clan de la familia Quintero apoyados por Ramón Prieto y con Antonio Canales como jefe del clan fronterizo de las villas del Norte, entre los que se encontraban Juan José de la Garza, Servando Canales, los Cárdenas, los Molano y los Carvajal. Después de varias disputas internas, el control fue tomado por Santiago Vidaurri en 1855. Estas facciones representaban intereses federalistas, centralistas, localistas u oficialistas. Por afinidad política, los Canales y los Cárdenas se llevaron bien con Vidaurri y gracias a ello obtuvieron el control político de la entidad.
En medio de ese antagonismo de los grupos de poder, el gobernador Lucas Fernández promovió la apertura de una escuela normal en 1828, dirigida por el profesor Ignacio Ribott, siguiendo el método lancasteriano para promover la educación en todo el estado. También se promovió una escuela correccional de oficios. Dos años después se fundó en Tampico una escuela pública municipal y la legislatura local promovió la apertura del Instituto Hidalgueano Tamaulipeco, destinado a impartir educación superior en las letras, las ciencias, derecho, filosofía, teología y la latinidad. Lamentablemente ésta escuela cerró al poco tiempo.
En 1833, el maestro José María Gajá abrió un plantel privado en Tampico, el que luego trasladó a Monterrey. En el ámbito de la prensa, hubo proliferación de publicaciones periódicas y se promovió una comisión por parte del gobernador Vital Fernández para investigar la historia, los estudios municipales y la arqueología de Tamaulipas.
En 1888 el gobernador Alejandro Prieto estableció en Ciudad Victoria el Instituto Científico y Literario del Estado. Además promovió la apertura de normales en Matamoros y Victoria. De igual forma se establecieron los primeros jardines de niños en el país en Victoria, por las profesoras Estefanía y Teodosia Castañeda.
Hacia 1899 se verificó el primer congreso pedagógico en Ciudad Victoria, cuya actividad normó y oficializó los esfuerzos educativos, a tal grado que Tamaulipas se convirtió en uno de los primeros estados en contar con un reducido índice de analfabetismo. También se realizaron obras importantes para el rescate documental de la historia de la entidad. La imprenta oficial del estado, mereció por sus trabajos, un reconocimiento especial en la feria internacional de París en 1900.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina