El porfiriato va a ser testigo de la apertura de otras escuelas a cargos de congregaciones religiosas y de denominaciones cristianas. Por ejemplo en 1896 se instaló una escuela de orientación para menores con problemas y que funcionó hasta 1914. En 1906 llegaron los lasallistas que abrieron el colegio de la Inmaculada Concepción y que también cerró en 1914 debido a la revolución. Luego regresaron en 1936 para instalar una academia comercial y en 1938 abrieron el Colegio Ignacio Zaragoza.
El 23 de junio de 1891 se erigió el Obispado de Saltillo, segregándolo de Monterrey. El primer obispo fue el regiomontano Santiago de la Garza y Zambrano. En 1958 se separó la región lagunera para crear el obispado de Torreón. En Saltillo sobresalen los siguientes templos que datan del siglo XVIII y XIX: la catedral, iniciada en 1745 y concluida en 1800. Y cuyo campanario es de 1897. Anexa a la catedral se encuentra el templo del Santo Cristo que es de mediados del siglo XVIII. Los templos más antiguos son el San Esteban, San Juan Nepomuceno y San Francisco que pertenece al siglo XVIII. El templo del Santo Cristo del Ojo de Agua es de 1882.
Las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe llegaron en 1912 para abrir un colegio mixto: el Sagrado Corazón. En 1933 fue clausurado el de niños y al año siguiente el de niñas. Reapareció con el nombre de Instituto Plancarte. Mientras que en el Ateneo Fuente se impartían cursos de bachillerato en cinco años, farmacia en tres años, leyes en cinco y el de escribano público en tres. Pero decidieron cerrar las carreras profesionales por costosas y mandaron a los alumnos que comprobaban su intención de estudiar a otras partes del país. En 1889 se abrió la escuela normal anexa al Ateneo Fuente. En 1896 se graduó el primer grupo que fue enviado a estudiar cursos de postgrado a la escuela normal de Bridgewater, Mass.
Eran tantas las escuelas que había y que contaban con excelentes edificios, que el mismo José Vasconcelos se refirió a que los mejores edificios de Saltillo eran sus escuelas. Por cierto, por sus escuelas, las funciones de teatro, las veladas literarias, las publicaciones existentes entre otras cosas, hicieron que Saltillo fuera conocida como la Atenas del Norte.
A fines del siglo XIX la población de Saltillo acudían los domingos a consumir pan de pulque y pulque curado de almendra y canela a los merenderos que había. O acudían a ver fotografías que se proyectaban en muros o pantallas en aparatos que llamaban linterna mágica.
La casa comercial más importante era de don Dámaso Rodríguez, que fue establecida en 1861 y dejó de funcionar en 1913, en donde trabajaron personajes tan importantes para la historia de Saltillo como Nazario Ortiz Garza que fue gobernador de 1929 a 1933 e Isidro López Zertuche, que se convirtió en empresario en 1928 al crear la Compañía Industrial del Norte en 1928, cuna del Grupo Industrial Saltillo y Aarón Sáenz que llegó a ser gobernador de Nuevo León y secretario de Relaciones Exteriores en 1928. De ahí saltó a los negocios en donde se convirtió en un próspero inversionista.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina