Muchos italianos llegaron a la Nueva España desde los inicios de la conquista, ya sea como misioneros, marineros y colonizadores. Preferentemente procedían del Reino de Sicilia y Nápoles que pertenecían a los Habsburgos, aunque también llegaron de las regiones norteñas de Lombardía y del Véneto, que estaban bajo dominio de los Austrias.
Muchos italianos llegaron a la Nueva España desde los inicios de la conquista, ya sea como misioneros, marineros y colonizadores. Preferentemente procedían del Reino de Sicilia y Nápoles que pertenecían a los Habsburgos, aunque también llegaron de las regiones norteñas de Lombardía y del Véneto, que estaban bajo dominio de los Austrias.
En el siglo XVII arribaron pobladores al Nuevo Reino de León con probable ascendencia italiana: Juan Cavazos, quien llegó en 1630 y que estaba casado con Elena de la Garza, firmaba como Cavasso o Cavassos. Aunque era de Castilla la Vieja, probablemente sus orígenes están en Italia pues existe un pueblo llamado Cavazzo Carnico en la provincia de Urdina. Hacia 1636 llegó José de Cantú y ese apellido abunda mucho en la provincia de Como. Otro de los pobladores que llegaron es Juan de Espíndola, quien declara en 1643 que es hijo de Alejandro de Spíndola de origen genovés. Se dedicó al comercio y fue de los que introdujeron el culto a la Virgen de San Juan de los Lagos.
Uno de los fundadores del Real de Minas de San Pedro Boca de Leones en 1690, actual Villaldama también es de origen italiano: Juan de Barbarigo, cuyos orígenes estaban en la ciudad de Venecia. Falleció en la región en 1703. O también, Juan Bautista Chapapría que llegó a fines de 1650 al Nuevo Reino de León, procedente de una región cercana a Génova. Pero siempre al firmar abreviaba su apellido y se quedó en Chapa y es probable que uno de los apellidos más típicos de Nuevo León, el Treviño sea de origen italiano.
En el siglo XIX sobresale la presencia de dos napolitanos en la región: Vicente Filisola quien había nacido en 1785 en Nápoles y llegó como soldado al servicio de los realistas durante la guerra insurgente. Participó en la campaña de Texas en 1836 muy cerca de Antonio López de Santa Anna. O de Pascual Constanza, nacido en 1789. Llegó en 1828 como médico contratado por el gobernador Joaquín García para abrir la primera escuela de medicina, cirugía y botánica de Monterrey. Fue además director del hospital de Beneficiencia de Monterrey y fue de los que hizo frente a la epidemia del cólera morbo. También ejerció la medicina en Villa de García y falleció en 1859 en la ciudad de Monterrey.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, llegaron muchos inmigrantes italianos huyendo de las hambrunas y de la escasez de trabajo en los campos y en las ciudades. Muchos de ellos se dedicaron a la actividad productiva, del transporte, joyería, minería y empresarial. de grandes artistas como Dante Decanini, Augusto Massa y Matteo Mattei. Don Vicente Ferrara que fue uno de los fundadores de la Fundidora de Monterrey en 1900 y trajo a las congregaciones de los salecianos y del Sagrado Corazón.
Voy a tratar los nombres de italianos muy cercanos a un servidor: Pascuale Colombo, nació en 1840 en Milán, Italia. Hijo de Felipe y Francesca Colombo. Se estableció en la década de 1870 en Santa Catarina con otro italiano llamado Onorato Casteli, de oficio licorista y que falleció en 1877. En el padrón general de habitantes de 1878 aparece como viudo con dos hijas: Francisca y Amalia. Después se casó con Francisca González. Hacia 1881 nació su hijo José. Mantenía un comercio en la localidad. Murió en Santa Catarina el 17 de mayo de 1899. Precisamente uno de los párrocos del templo de San Juan Bautista de Villa de García, era de origen italiano y se llamaba Juan Gismondi quien era miembro de una congregación de misioneros apostólicos. Había nacido en 1830 y llegó al templo en 1895 y falleció en la casa cural en 1898. Sus restos descansan en el panteón municipal de García.
Dicen que un empresario regiomontano quien era muy dado a las cosas de la reencarnación, se sometió a una hipnosis para determinar quien había sido en su otra vida. En ese estado comenzó a hablar en italiano y a decir que era una persona que trabajaba al servicio de los Médicis en la ciudad de Florencia en el siglo XVI. Por eso cuando llegó a Monterrey, a uno de sus proyectos inmobiliarios, en lo que actualmente es la colonia Fuentes del Valle, le puso a sus calles nombres italianos y para rematar su proyecto, hizo poner en una rotonda una réplica de la escultura del David.
En fin, hay mucha presencia italiana en Monterrey y sabemos de ellos por los apellidos que llevan. Gracias a personas como Salvatore Savella es posible conocerla quien se dedica a la investigación y promover los lazos entre Italia y Nuevo León. De hecho hay un monumento sobre la Calzada del Valle en San Pedro que recuerda la hermandad entre Italia y Nuevo León.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina